A pesar de las adversas condiciones climatológicas, el 21 de febrero de 2010, más de 2000 personas, según los medidos de comunicación, nos dimos cita en Maeztu para ensalzar un producto de nuestra tierra que, aunque todavía desconocido, se esta abriendo camino a pasos agigantados en nuestros platos, por su calidad y excelencia. Como no, hablamos de la trufa negra de la Montaña Alavesa, Tuber Melanosporum, joya de nuestro patrimonio alimentario que, poco a poco, está viendo la luz y el lugar que le corresponde en nuestra gastronomía y en nuestras mesas.
Como no podía ser de otra manera, Slow Food Araba-Álava estuvo presente con su stand promocionando nuestro producto y aleccionando a cuantos se acercaron al mismo sobre la filosofía de nuestra Organización y sobre el trabajo que se está desarrollando. Es gratificante observar que los que se acercan a nuestro stand ya conocen nuestra asociación y la preguntas van orientadas a conocer nuestros objetivos próximos y al trabajo programado para los próximos meses. Tuvimos la oportunidad de realizar más adhesiones que, sin ninguna duda, nos aportarán más savia nueva y nuevos impulsos en nuestra cruzada por la sana alimentación y por la producción responsable.
Poco después de las 11:00 horas, quedaba abierto el mercado de productos artesanales locales en un espacio adecuado al cobijo del frío exterior que proporcionó estupendas compras a los visitantes y excelentes ventas a los productores que se atrevieron con la nieve y el frío. Quesos, morcillas de Montaña, aceite de oliva virgen de Rioja Alavesa, utensilios de madera artesanales, miel de Antoñana, vinos de Rioja, embutidos, txakolí de Álava, frutas, hortalizas ecológicas, legumbres, bollería, pastelería de Euskadi y un sinfín de productos fueron las estrellas de la jornada en el mercado.
En el frontón de la localidad se realizaron unas magistrales lecciones gastronómicas de utilización de la trufa, anfitriona de la jornada.
Comenzó Edorta Lamo, cocinero Kampezano, más conocido por regentar el restaurante ”A Fuego Negro” de Donostia y del restaurante “Kulto al plato” de Madrid, recientemente galardonado con el premio al mejor bar de tapas de Madrid por la revista Metrópoli. El Chef nos deleitó con platos sencillos donde la trufa era el ingrediente principal como aromatizante y como toque final del plato en forma de lamas o virutas de trufa, en definitiva nos enseño como sacar el mejor partido casero a la trufa. Comenzó con una pequeña lección de trufado de huevos, huevos fritos trufados, flores de huevo trufado, platos con clara de huevo a punto de nieve y crema de calabaza trufada con caldo de jamón, etc. Continuó con una ensalada mixta, de tomate, lechuga y cebolleta, utilizando la yema marinada y la trufa rallada aliñada con aceite y vinagre trufados y acabó con unos macarrones cocidos con aceite trufado y queso parmesano. Un plato clásico pero siempre sorprendente.
Acto seguido y dirigida por José Antonio Arberas tuvo lugar la subasta de dos trufas que lograron un precio de 500 euros, que fueron a parar a la Organización Medicus Mundi.
Posteriormente le llegó el turno a Juanjo Martínez de Viñaspre, Anemias, de Slow Food, quien trajo como ingrediente básico el aceite de Rioja Alavesa trufado. El primer plato que realizó fue un puré trufado de patata con yema trufada y un hilo de aceite, también, trufado. La siguiente preparación que nos presento fue un bacalao fresco, marinado en azúcar y sal al 50% y aderezado con aceite trufado y trufa rallada. Continuó con una ensalada templada de langostinos y borraja, por supuesto aliñado con una vinagreta de aceite y vinagre de trufa y manzana. Siguió con una tortilla con la clara de un huevo, ralladuras de trufa y yema trufada. Terminó con un postre de naranjas que sorprendió a quienes lo probaron por la nueva dimensión que le daba la trufa a la fruta (una naranja cortada en estrella y gajos, los roció con aceite trufado y ralladura de trufa)
Juanjo fue muy aplaudido durante su intervención.
La Técnica de la Cooperativa la trufa negra de Álava Asun Quintana comentaba a los presentes: «Estamos muy contentos de cómo se está desarrollando la mañana, porque está viviendo mucha gente y se están haciendo buenas ventas………para quien estos acontecimientos, y la excusa de la trufa o cualquier otro producto, sirven para dar a conocer estos entornos».
En cuanto a la valoración de la trufa, como elemento de desarrollo comarcal, afirmaba que «lo que hace es maridar o casar muy bien con productos propios de Álava, pero también impulsa turismo, gastronomía y otros sectores, con lo que sirve para dinamizar la zona».
El acto final de la feria fue la entrega de los premios del concurso de pintxos Luis Manso, en el que han participado restauradores de Montaña y de Rioja Alavesa. Los tres primeros premios fueron a parar al restaurante Vírgala, de Vírgala Mayor, el segundo a Taberna Uxerri, de Santa Cruz de Campezo, y el tercero para el Palacio de Samaniego.