Un regreso a la Tierra restablecerá una estrecha conexión entre las personas productoras y quien depende de éllas para su alimentación y su sustento. Regreso a la Tierra puede significar hacerlo en concreto para practicar la agricultura, en particular entre las jóvenes generaciones, o bien abandonar los ropajes de “personas consumidoras” y convertirse en “coproductoras”, es decir, asumir las razones de los productores “buenos, limpios y justos” y permanecer siempre conscientes de que «comer es un acto agrícola».
Según datos de ONU, en 2009 más de la mitad de la población mundial ya vivía en las áreas urbanas y esta tendencia sigue imparable, y el oficio de la agricultura y la ganadería rara vez es contemplado como una opción de futuro para la juventud. Si esto sigue así …¿Quién cultivará nuestros alimentos?

Se hace necesario, por tanto, buscar fórmulas que cambien esta tendencia y Slow Food Araba se ha propuesto impulsar un proyecto para poner sobre la tierra y sobre la mesa el conocimiento y la práctica de tecnologías que ayuden a propiciarlo desde una triple visión: cultivar, innovar y educar para el bien común.