El cambio climático es la mayor crisis que afronta nuestro planeta, y ejerce también un impacto enorme en la agricultura y la alimentación.
Poblaciones enteras se ven obligadas a migrar, las sequías son más frecuentes, los desiertos se están extendiendo, los océanos se están calentando, el suelo se está erosionando, las variedades vegetales y las razas de animales se están extinguiendo, y la temperatura de la atmósfera sigue aumentando de año en año. Una de las principales causas del cambio climático es el modelo de producción y consumo en nuestro sistema alimentario. El uso excesivo de sustancias químicas, los monocultivos generalizados, la agricultura intensiva, el uso insostenible del agua y las cadenas de suministro mundiales, evidencian que el sistema alimentario es responsable de alrededor de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Pero hay cosas que podemos hacer aquí y ahora para contrarrestar este fenómeno. Slow Food las promueve a diario junto a productores virtuosos y consumidores todos, a partir de la comida que consumimos a diario.
Podemos hacer algo por el futuro de nuestro planeta cambiando nuestras opciones alimentarias, pasando la voz a nuestros amigos y familias, aumentando la conciencia en nuestras comunidades, impulsando un cambio desde la base al involucrarnos en la red mundial de slow food, participando en sus proyectos apoyando sus campañas con los objetivos:
• de comunicar nuestro compromiso para combatir el cambio climático, el mayor desafío de nuestros tiempos
• apoyar los proyectos y campañas de slow food
A fin de:
* Promover un modelo sostenible para la agricultura y la producción de alimentos.
* Hacer que los consumidores participen de forma más activa en el sistema alimentario, comprometiendo a los demás para comer alimentos locales y estacionales.
* Hacernos una serie de preguntas que nos harán más responsables:
¿Sabes cuántos kilómetros ha viajado tu comida?, ¿de dónde viene y cómo llegó aquí?, ¿dónde la compraste?, ¿fue en temporada?, ¿cuánta carne comemos y de dónde proviene?, ¿qué tipo de productos consumimos?, ¿cómo están embalados y cómo nos llegan?, ¿cuánta comida desperdiciamos diariamente?, ¿qué impacto tienen nuestros hábitos alimentarios sobre el clima?
La agricultura sostenible y la defensa de la biodiversidad son el único camino para sobrevivir al cambio climático.