Si bien es cierto que la dimensión local respeta las exigencias de los territorios, y podemos convertirnos en garantes activos de esta dimensión a través del acto de producir y seleccionar el alimento que comemos, nuestro convivium y nuestra comunidad del alimento son lugares donde practicar y actuar a fin de que la parte de sistema viviente que nos ha sido confiada, en la que estamos inmersos, funcione de manera constructiva. El cambio, en la práctica, parte a escala local, porque se supone que nosotros conocemos nuestro territorio, con sus límites y hasta sus mínimos detalles, que sabemos valorizar sus cualidades y corregir sus defectos, que lo sabemos comprender y también tenemos la posibilidad de permanecer vigilantes sobre él. La cosa más lógica que podemos hacer es apoyar y emprender prácticas de escala local. Actuar a escala local significa sobre todo construir economía local: cuidar de la propia casa, del propio territorio, fomentando procesos virtuosos o enriqueciendo los ya existentes. Se puede realizar en el ámbito de la producción de alimentos, de la distribución o de las decisiones cuando hacemos la compra. En una dimensión local es más fácil devenir coproductores. Se ayuda a los productores para que se vean gratificados, remunerados por una compensación justa, y para que sus condiciones de vida sean dignas.
Una de las formas de llevar esto a cabo es dando a conocer nuestros productos en el exterior, no tanto para propiciar su venta, que también, sino para elevar la autoestima de quien los produce y valorizar el propio producto de la manera más objetiva que proporcionan las opiniones de las gentes de fuera de nuestro Territorio.
Esta es la principal razón de que, con la colaboración de la Diputación Foral de Álava, Slow Food posibilitara la presentación de algunos de nuestros productos, productoras y productores en la Ciudad de Madrid; durante el día 10 de mayo de 2013, en el Mercado de San Antón, se diron cita nuestras patatas, vinos, txakolís, quesos, aceites, cervezas y sal de Salinas de Añana
La inauguración del encuentro tuvo lugar a las 12,30 horas y corrió a cargo del Diputado General de Álava, Javier de Andrés acompañado del Diputado de Agricultura Borja Monje y el Presidente de Slow Food Araba Alberto López de Ipiña.
A lo largo del día fueron presentando su producto José Antonio Merino, Gerente de la Denominación de Origen Txakolí de Álava, Inés Baigorri Gerente de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa, José María Ustarroz, Presidente de Idiazabal, represenando a los productores de queso pastor de Álava, Juan Luis Bujanda, Iker Díaz de Cerio y Aitor Marauri con el aceite de Rioja Alavesa, Roberto López de Eguílaz y Gontzal Estéban Martínez de la Fundación Valle Salado de Añana, Jon García de Vicuña, productor y elaborador de las patatas chips ecológicas de Álava y Karlos Delgado, gerente de la empresa de cervezas artesanales VG noster.
Fueron muchos los elogios de los que degustaron estos productos a través de los pinchos que los voluntari@s de Slow Food Araba-Álava propusieron a cuantos se acercaron al este coqueto mercado; no faltaron tampoco nuestros amigos de Slow Food Madrid, encabezados por su Presidente Juan Jesús Burgos (que nos ayudaron a difundir la presentación por Madrid). Desde aquí el agradecimiento a los que habéis colaborado, como siempre, con la profesionalidad que os caracteriza y como no gracias a los productores por el esfuerzo que significa dejar los quehaceres diarios y realizar estos desplazamientos.