El Xup Xup Lleida está formada por 7 sociedades gastronómicas de Lleida, que se reúnen anualmente en la Sociedad Gastronómica Lo Tall con objetivos solidarios.
Hacia 1996 un grupo de amigos, algunos habituales del Pub Néctar Night, del Bar Roma, de otros componentes de los Diablos de Lleida, otros de la peña Goro-Goro, antiguos compañeros del colegio o facultad, socios y simpatizante de la UELleida y por encima de todo, amantes de la buena mesa, decidieron juntarse con el sano objetivo de compartir mesa y degustar buenas viandas y mejores caldos. Con la cesión de un local por parte de uno de los socios, después de algunos (muchos) trabajos de acondicionamiento esta sociedad se convirtió en la primera de Lleida, la » Sociedad Gastronómica Lo Tall «,
En su sede nos recibieron algunos de sus socios como Joan Gaya o Albert Hortal que se encargaron de organizar un cena de hermanamiento de productos alaveses y lleidianos;
Quesos, embutidos, vinos de Rioja Alavesa, txakolís de Aiala, sal de Salinas y aceite de Rioja Alavesa compartieron mesa junto, como no, a los tradicionales caracoles, plato por antonomasia lleidano y producto obligatorio en las fiestas del patrón alavés San Prudencio. Las excelentes hortalizas de la huerta de Lleida acompañaron a un plato tradicional, también por estas tierras, como el conejo, magistralmente aderezado con sal de Salinas de Añana;
Nuestros embutidos de arbulo se abrieron paso entre pringadas de aceite arróniz de Rioja alavesa, quesos de artzai-gazta y morcillas de Artziniega; un excelente y amigable ambiente presidió la mesa durante encuentro mientras perfilamos un intercambio turístico-gastronómico a mayor escala entre Álava y Lleida para el próximo año.
San Prudencio, en Álava, por un lado y el Aplec del Caragol, en Lleida por otro, dos fiestas que darán cobertura a los citados encuentros próximamente. El Aplec declarada fiesta de interés turístico nacional y fiesta nacional de interés tradicional, tiene sus orígenes en 1980, en una primera caracolada celebrada por un grupo de amigos a orillas del río Segre. Si algo llama la atención de esta gran fiesta gastronómica son sus cifras: 12 toneladas de caracoles. Ésta es la cantidad de gasterópodos que se consumen en los tres días que dura la fiesta. Un auténtico banquete. Las comidas del Aplec tienen como principal ingrediente el caracol, es por ello que su consumo se dispara de forma espectacular durante el mes de mayo. Del resto de la península, del norte de África, de Sudamérica, de todas partes llegan caracoles a Lleida para deleitar a peñistas y visitantes. Dentro del recinto de la fiesta, existe una zona de degustación abierta al público en general que, a precios populares, ofrece diversos tipos de caracoles. La Federació de Colles de l’Aplec del Caragol (entidad organizadora de la fiesta) está compuesta por un centenar de peñas. Gente de todas las edades, clases sociales… las peñas son el núcleo social y el alma de la fiesta. La vitalidad de las peñas es palpable el domingo por la mañana, durante el pasacalles que recorre la ciudad. Un estallido de color y música en el que se pueden admirar los vistosos trajes y el desfile de pendones por el Pont Vell, con la Seu Vella al fondo. Más de 12.000 peñistas y 250.000 visitantes participan activamente en la fiesta del Aplec.
Después de entregar un pequeño recuerdo de nuestro paso por estas tierras nos fuimos con la sensación de haber incrementado el grupo de nuestros amigos y amantes de la buena gastronomía, comida saludable y apoyo al producto local.
El sábado 4 de mayo nos dirigimos hacia Balaguer, preciosa localidad que lo largo del fin de semana tuvimos la suerte de disfrutar.
Nuestro principal objetivo era visitar las instalaciones de Pàmies Hortícolas en Balaguer que nuestro buen amigo Josep Pàmies gestiona con su inigualable energía incorfomista y revolucionaria. Esta empresa es familiar y actualmente es la cuarta generación la que sigue la tradición. Los hermanos Josep y Miquel son los titulares de la explotación y dan trabajo de 8 a 20 trabajadores según la época del año.
Su transformación ha sido notable pasando de una explotación de productos de huerta de consumo satisfacción una demanda local a estar presentes en la mayoría de los mercados centrales de todo el Estado español, atendiendo a las necesidades cada vez más innovadoras de la restauración.
Para estos hermanos es un verdadero reto, y a la vez una ilusión, poder atender las fantasías de una cocina cada día más abierta al mundo y a los sabores.
La investigación, estudio y duro trabajo les ha permitido ser punteros con su amplio catálogo de los productos que ofrecen, todos ellos de producción propia.
Han experimentado en la recuperación de plantas y flores de todo el mundo que puedan adaptarse a nuestras tierras y a la vez que no sean unas plantas invasoras y que esquilmen las autóctonas.
Estos hermanos creen firmemente que es de vital importancia controlar personalmente todos los procesos de producción, elaboración y comercialización, porque al fin y al cabo son los responsables de la calidad final que llega al consumidor.
Las puertas de sus instalaciones están abiertas para que los consumidores puedan conocer los métodos de cultivos, la protección medio ambiental que practican sin reserva alguna, quienes son los horticultores que ofrecen el producto etc.
En estas instalaciones hortícolas se pueden ver cientos de plantas tanto para el consumo en mesa como pueden ser verduras para ensaladas, coles, colinabo, col china, el famoso vegetal orienta Pack Choi, Hinojo, col china, mini verduras, flores comestibles y un centenar de plantas medicinales que los visitantes elogian por los efectos que han experimentado en las curaciones de enfermedades que han sufrido.
La estevia (Stevia rebaudiana) según Josep es la planta que le ha cambiado la forma de hacer agricultura y sus relaciones con la administración.
Sepan ustedes que hace unos años, la comercialización de esta planta de extraordinarias propiedades medicinales estaba prohibida para evitar.
Comercializar estevia y etiquetarla con sus propiedades provocó que el Departamento de Sanidad de la Generalitat de Cataluña les abriera algunos expedientes sancionadores, aunque han pasado los años sin que se hicieran efectivos y en este momento ya han prescrito.
El gran número de personas que se han beneficiado de los efectos de las plantas de estevia -que durante muchos años distribuían gratuitamente- ha sido, probablemente, la causa que ha hecho posible que la Administración no haya sido lo expeditiva que de ella se esperaba.
El testimonio de esta lucha se resume en la actividad de una asociación sin ánimo de lucro, llamada «Dulce Revolución», creada para profundizar en la problemática de las plantas medicinales, y para divulgar, no solo la estevia, sino otras plantas con grandes poderes terapéuticos en enfermedades graves y la difusión de la posibilidad de cultivo para el autoconsumo privado.
Para más información sobre esta asociación, vea este enlace.
Situado en la provincia de Lérida, muy cerca de Àger, se encuentra el pequeño pueblo de Fontdepou, al cual subiendo una cuesta por su única y estrecha calle, se encuentra una pequeña iglesia, y justo delante el restaurante Casa Mercè. Es importantísimo, reservar telefónicamente antes de ir allí, ya que solo abren el fin de semana y días festivos. La decoración es rústica (como toca por estos lares), y tiene capacidad para unas 40 personas. Con una filosofía marcada de productos Km.0 y totalmente ecológicos, la carta, aunque no es muy extensa es variada, y con algún plato de pescado, aunque priman las carnes. La carta se cambia cada dos meses, para adaptarse a los productos de temporada. Lo típico son los caracoles con alioli, pero hay bastante mas. Para comenzar te sorprenden con unos aperitivos excelentemente preparados y adecuadamente explicados por el marido de Merçè Camins (que es la cocinera), Josèp. La carta de vinos tiene unas 40 referencias de las D.O. principales, haciendo un destacado inciso en la D.O. Costers del Segre. Los vinos están conservados perfectamente, en la antigua bodega de la casa, Los postres increíbles y de lo mas artesanos. Tienen una selección de distintos orujos elaborados por ellos mismos que están riquísimos.
Acompañados de nuestros anfitriones de Slow Food Terras de Lleida nos acomodamos en el coqueto comedor donde nuestro amigo Pàmies presentó esta casa, en la que como comentábamos elogia el producto de temporada, algunos de producción propia o de productores aledaños, pudiéndose definir esta cocina como totalmente casera.
El Presidente del Convivium de Slow Food Araba-Álava agradeció el trato recibido e hizo entrega de una placa conmemorativa de nuestra visita a Slow Food Terres de Lleida que, en ausencia de su presidente, que no pudo acudir a la cita, entregó a Rosa Mari Gracia, incansable militante de este Convivium.
Terminados los preámbulos protocolarios degustamos un excelente Menú a base de:
- Arenques con huevas y vinagreta de miel
- Caracoles a la gormanda
- Bolsas Judas rellenas de espinacas y pasas
- Flores de calabacín rellenas de setas y mató
- Paté de montaña de cerdo y pato con bolitas de enebro
- Arroz meloso con setas (MocosaSuillus granulatus, S. luteus), queso parmesano y lascas de Foie
- Fricandó con en salsa de tomate, ajo, perejil
- Almendras caramelizadas y tostadas
- Torta de Mató y helados de la casa
El resultado de la comida se puede resumir en efusivo aplauso de todos los comensales a Marcè Camìns a quien Alberto López de Ipiña hizo entrega de un detalle de producción gastronómica alavesa.
Antes de abandonar Casa Mercè visitamos la bodega y almacén de las confituras y conservas que se realizan en esta casa para su posterior utilización en cocina. Abandonamos el local con la promesa de envío de nuestros chuzos de Sal de Salinas de Añana.
Aprovechando que estábamos muy cerca de la cadena montañosa del Montsec, joya natural de una excelsa belleza, nos dirigimos hasta la cima de misma. En los montes Pirineos pudimos divisar el pico Aneto y aunque el cielo se mostraba algo nublado se divisaban perfectamente las cumbres nevadas de los Pirineos.
Contábamos entre los acompañantes lleidanos con un geólogo que nos dio una charla muy documentada sobre la formación geológica de esta zona de Lleida.
Terminada nuestra visita al Montsec, volvimos hacia la localidad de Balaguer para aliviar nuestros epigastrios en el “Restaurante Cº Casa Casso” en Balaguer de seleccionada Cocina Mediterranea, donde pudimos disfrutar de:
- Sardinas en adobo acompañadas, hojas verdes y vinagreta catalana
- Carpaccio de ternera
- Esqueixada de bacalao fresco
- Croquetas de Balaguer
- arroz caldoso con setas (trompetas de la muerte) y crujiente de alcachofa
- Huevo campero sobre unas patatas semi fritas/cocidas
- Pulpo cocido, habitas tiernas y chipirones salteados
- Lácticos y fresa
Tuvimos la suerte de conocer, también los trabajos que este Convivium está realizando en la defensa de biodiversidad concretamente en la recuperación de la raza de Cabra Catalana que oficialmente se dio por extinguida en 2005.
Gracias a la investigación y buen hacer del grupo de Slow Food de Lleida encontraron que Ton Pellisser, un ganadero de Sant Salvador de Toló, en el Pallars Jussà que tenía en su rebaño unos ejemplares de la raza auténtica de cabra catalana y que consiguieron sacar adelante para perpetuar la raza. En total se han conservado unas 40 cabras, de las cuales 22 han sido adquiridas por el grupo leridano y trasladadas a una explotación ganadera de Vilanova de Meià. Allí se está llevando un proyecto de conservación y reproducción para garantizar la continuidad de esta especie ancestral, especialmente característica de la zona de Lleida, y analizar su viabilidad como productoras de leche y como agentes en la gestión forestal, por ejemplo el papel que pueden desempeñar en la limpieza de bosques.
El domingo 5 de mayo nos dirigimos a la Bodega La Gravera, Alfarrás (Lleida),a la que fuimos invitados amablemente por Rafa Gimena de Xup Xup Lleida y de su Director General Sergi Garcia.
Nos recibió amablemente Josèp Antón, encargado de la finca quien nos fue mostrando esta coqueta construcción que es la evolución de una antigua gravera a un singular viñedo, es el paso de la tierra a la grava y de la grava a la uva. Es el respeto y cuidado de la tierra y del entorno, es el talento, el ingenio y loa capacidad de llevar a cabo un ambicioso proyecto según nuestro anfitrión.
Pudimos ver una plantación rodeada de piedras, integrada en ellas. Un gran respeto y mejora del medio ambiente. Unas avanzadas técnicas de plantación, monitoreo y control. Una viticultura ecológica certificada, biodinámica, garantía del equilibrio natural entre la explotación y el entorno con el objetivo de llegar a un producto de calidad. Tradición y modernidad, sostenibilidad económica y ambiental objetivos de una obra singular que se nutre de antiguos elementos de carácter industrial pueden definir la arquitectura de la bodega. Primer Premio 3M del COAC (Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña) en Espacios Interiores, Diseño y Montajes Efímeros y Mención Especial a la Innovación, Calidad y Desarrollo Sostenible en los Premios Rutas del Vino de España.
Realizamos una cata de su vinos, impresionándonos sobre todo el Ónra molta honra del Coster del Segre.
Seguidamente nos dirigimos a Balaguer par realizar una pequeña visita turista organizada magistralmente por nuestros anfitriones de Slow Food Terras de Lleida.
Comenzamos por Santa María de Balaguer que es una iglesia gótica , como el guía Sergi nos comentaba que ha sido declarada monumento histórico-artístico, del municipio de Balaguer , la Noguera . La iglesia se empezó a construir en el año 1351 impulsado por la condesa Cecilia de Comenge sobre el emplazamiento de la antigua iglesia de San Miguel. No fue consagrada hasta el 24 de febrero de 1558 y el 1575 pasó a ser la iglesia parroquial de Balaguer. De una sola nave cubierta con bóvedas ojivales estrelladas, apoyadas en arcos torales sobre columnas adosadas, con contrafuertes, ábside de siete cerraduras, y un imponente campanario octogonal. El largo período de construcción explica su falta de continuidad en la pureza del estilo gótico inicial. Sin embargo, sus grandes dimensiones le otorgan un evidente carácter monumental. El interior del templo tiene unas medidas aproximadas de 62 m de largo por 25 de ancho, y unos 25 metros de altura. Diez ventanas dan luz a la nave: cinco están situadas ábside y cinco-más grandes-en los muros laterales. El templo posee un gran número de capillas, todas emplazadas en el espacio que conforman los contrafuertes de la iglesia y cubiertas con bóvedas de crucería.
Si desde Santa Maria bajamos por la calle de los Espinos, en dirección norte, nos encontraremos con la muralla gótica; esta joya de Balaguer es muy homo-nea: se construyó mediante seis encofradas de 120 cm de altura superpuestas, realizadas con tablones de madera de unos 30 cm de ancho por 450 cm de largo y separadas por agujas de madera que en algunos casos aún se conservan embebidas en el interior de la muralla. Una vez realizado el encofrado se levantaban en el interior dos muros de mampostería irregular de piedra arenisca y se rellenan el espacio que resultaba con guijarros y mortero de cal. En la parte superior se construyeron unos muretes que la protegían de manera que quedó configurado un «paso de guardia «que permitía trasladarse por encima de la muralla desde un lugar de la ciudad a otro. Las torres que se intercalaban entre las tramadas de muro eran de planta semicircular y circular en los lugares donde protegían una inflexión o un cambio de orientación. Para la construcción de las primeras se dejaba un rebaje en el lienzo de muralla donde encajaría posteriormente la estructura de la torre.
Esta muralla atraviesa el otro barranco de la ciudad: el del Torrent, antiguamente llamado de Alcorac, porque probablemente existía en este lugar una Corachar o cerradura de muralla que se descolgaba desde el castillo para terminar en una torre situada sobre el barranco. De esta manera se garantizaba el suministro de agua a la fortificación en caso de asedio. En la parte más inferior del barranco se pueden ver aún restos del portal original del siglo XIV, tapiado posiblemente a raíz del destrozo que hicieron en la muralla los aguaceros de Santa Tecla del año 1837. También de aquellos años debe datar el paso que se abrió unos metros más arriba y que es el que se utiliza actualmente. Por encima del barranco en la zona este podemos ver los restos del castillo Hermoso o de la Suda de Balaguer (897-1413)
Una vez atravesado el barranco, la muralla gira noventa grados en dirección noroeste para cerrar el medieval barrio del Pla (actual Ferial). Desde la plaza de la iglesia de Santa María podemos observar la muralla por su cara interna. Y dando la vuelta a la iglesia, encontraremos detrás del cementerio de la ciudad la muralla con otro de sus portales: el de Albesa. Encima de este portal, se puede ver todavía el escudo del condado de Urgell. La muralla, reventón aquí en algunos lugares, sigue en dirección norte, alternándose, antes de desaparecer, con un tramo de muralla andalusí de los siglos IX-X.
El didáctico fin de semana se agotaba, pero no sin antes disfrutar de nuestros amigos de Slow Food Terras de Lleida y de su peculiar gastronomía. El lugar elegido para el almuerzo, la propia finca de Josep Pàmies, ya presagiaba que el ágape iba a ser especial.
Comenzamos con una coca de escalibada, aceitunas autóctonas y una magnífica ensalada de hortalizas y flores de la finca, acompañadas de unas excelentes cervezas ecológicas artesanales “La Vella Caravana”. Como novedad para nuestra tierra degustamos una chistorra y salchichón de de conejo que francamente nos sorprendió.
El plato estrella, como no podía ser de otra manera, fue la famosa calçotada, estrella de una fiesta gastronómica típica de Cataluña; en las últimas décadas se ha extendido y puede degustarse en casi cualquier parte de la comunidad durante el final del invierno y comienzos de la primavera; los calçots, una variedad de cebolletas especialmente cultivada para este propósito, se asan directamente sobre llamas de sarmientos y se comen con la mano, aderezados con una salsa especial, la salvitxada, similar a la romesco. Mientras tanto, las brasas se aprovechan para asar carnes o embutidos para el segundo plato.
Cocidos en su punto, la capa exterior de los calçots se carboniza, dejando el interior tierno y cremoso. Tradicionalmente se llevan a la mesa sobre papel de diario aunque fuera de las zonas tradicionales se ha adaptado, a modo de plato en una teja de barro, que ayudan a conservarlos calientes.
El procedimiento de ingesta — arrancando la capa carbonizada con las manos — hace inevitable mancharse, por lo que en las zonas metropolitanas de Barcelona es tradicional ponerse un enorme babero que llega del cuello hasta las rodillas.
Las fechas típicas para degustar esta especie de cebolla dulce es durante los meses de invierno y primavera, así que llegamos a tiempo
Es costumbre acompañarlos con los excelentes vinos de la zona, en este caso tomamos Vinyes Trobades , un proyecto de recuperación y mantenimiento de variedades autóctonas que está trabajando el Convivium de Lleida y Brut de Verdú de Costers del Segre
También tuvimos la suerte degustar una estupendas alcachofas a la brasa junto a los embutidos tradicionales a la brasa.
El excelente postre de la Matriarca Pàmies cerró un agradable fin de semana donde expusimos, aprendimos y nos trajimos un gran bagaje para nuestro Territorio.
Por último y como colofón a esta estupenda visita los presidentes de los Convivia de Terras de Lleida Joan Inglada y Alberto López de Ipiña por parte del de Araba-Álava sellaron un pacto de amistad y colaboración con el que seguirán trabajando.
Mila esker/ Gracias Lleida por habernos recibido tan amablemente.