La sensibilización y la educación ambiental son dos herramientas necesarias para garantizar la conservación de nuestra huerta, explotaciones agrarias, ganaderas y para mejorar el reconocimiento social de todos los valores productivos, ambientales, culturales y paisajísticos que contienen los sistemas agrarios periurbanos, ya que es imposible respetar y defender lo que no se conoce.
Por ello, Slow Food Araba-Alava, está de nuevo inmerso del programa de educación ambiental, nutricional y de promoción de consumo de producto local dirigido a centros escolares.
Estamos organizando visitas desde el mes de febrero, con todas las medidas sanitarias que garantizan la salud de nuestras productoras, productores, alumnas y alumnos con videos de explotaciones y material didáctico en los centros escolares.
Los manejos tradicionales y los valores asociados a los sistemas agrarios son también algunos de nuestros objetivos, intentar que aprendan a conocer y valorar la agricultura, las personas que producen los alimentos que comemos y que se sensibilicen sobre los principales retos del sistema alimentario desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental.
La educación alimentaria y nutricional es vista como una estrategia para la promoción de hábitos alimentarios saludables, creemos que la escuela es un espacio apropiado para desarrollar esas acciones. El objetivo es describir y analizar el panorama de la publicación científica sobre estudios de intervención en el campo de la educación alimentaria y nutricional en escuelas por la UPV. En cuyos estudios se observó resultados que demuestran una mejora en el conocimiento en nutrición y en las opciones alimentarias. (Cadernos de Saúde Pública)
La obesidad y el sobrepeso son uno de los principales factores de riesgo en el mundo actualmente. Nos centramos en el objetivo de este estudio para mostrar estas experiencias piloto que llevamos realizando desde hace varios años de educación alimentaria y nutricional para promover la adquisición de conocimientos y hábitos alimentarios saludables y evaluar su impacto.
Resultados: La respuesta de los alumnos y alumnos sigue siendo positiva. Al finalizar la intervención, más del 70% de los niños identifican correctamente la colocación de alimentos en la pirámide, la temporada de frutas y verduras y la composición de un desayuno saludable.
Conclusiones: Una intervención educativa sobre alimentación y nutrición produce cambios positivos sobre la población, mejorando significativamente el conocimiento y consumo de alimentos saludables. Por ello, se puede afirmar que los programas de educación alimentaria y nutricional son necesarios en la sociedad actual para prevenir el exceso de peso y promover el consumo local y hábitos saludables.