Los primeros testimonios escritos hallados muestran que ya en el siglo IX la producción de txakoli en Álava era práctica común y generalizada entre los agricultores en el Valle de Ayala particularmente en Amurrio, Llodio y Ayala. En el cartulario de Valpuesta aparece una referencia en el año 864 de viñas en Retes de Tudela (Artziniega) bajo el reinado del rey asturiano Ordoño I, también en el cartulario de San Millán de la Cogolla, aparecen referencias escritas de que en el año 964 se cultivaban en la Tierra de Ayala vides para la elaboración de vino, y concretamente hay fechada una donación de viñedos al desaparecido monasterio de san Víctor del barrio de Gardea en Llodio.
En los siglos XIII, XIV y XV la plantación de viñedo de txakoli se extendía por toda la geografía de la Comarca de Ayala al amparo de unas ordenanzas fuertemente proteccionistas, que impedían la entrada de vino de fuera hasta que no se hubiera consumido el propio. Así podemos encontrar en el archivo de Arespalditza lo que es la primera aparición de la palabra chacolín en archivos municipales del País Vasco el 1 de noviembre de 1623.
En siglo XVIII, el ingeniero de minas William Bowles publicó la “Introducción a la Historia Natural y la Geografía Física de España” (1775) en dos de cuyas páginas habla de los viñedos y del txakoli en el Valle de Ayala. Joaquín José de Landazuri y Romarate (1730-1805) habla en 1798 de “un vino de muy buena calidad que llaman chacoli” en referencia a Artziniega. Curiosa la cita del periodista, escritor y viajero Joan Mañé i Flaquer quien en 1879 publica haciendo referencia a Llodio como villa vizcaína que”.el chacolí (vino del país) que se produce en Llodio es el más estimado de Vizcaya” (sic).
También Benito Pérez Galdós en su novela Vergara de la serie Episodios Nacionales, hace referencia al txakoli de Amurrio en 1889.
Esta situación de importancia del viñedo de txakoli en Ayala cambió radicalmente a principios del siglo XX al producirse una regresión importantísima que causó la desaparición casi completa de la vid. En 1877 se había llegado a las 550 Ha., pero sucesivas plagas de oídio, filoxera (1919) y mildiu mermaron la plantación lo que unido a otros factores, como la industrialización, la ganadería y los cambios en los gustos de los consumidores, hicieron que en Ayala el cultivo de las viñas y producción de txakolí prácticamente desapareciera, a excepción del elaborado por los fundadores de la Asociación Alavesa de Productores Artesanos de Txakolí- Arabako Txakolina Elkartea, entre los que cabe destacar a Celedonio Campo de Kostera en Aiara, Matías Camino de Llodio, Txomin Solaun, Eugenio Álava, Ramón Martínez, de Amurrio…, y tantos otros quienes habían conservado y desarrollado una tradición centenaria más por afición y deseo de mantener las costumbres heredadas de sus mayores que por el rendimiento económico que obtenían y que mantuvieron viva la llama del txakoli en la Comarca de Ayala, impulsores de la propia Asociación y de la génesis de lo que acabaría siendo la Denominación de Origen Arabako Txakolina-Txakoli de Álava.
En el primer cuarto del siglo XX la extensión de la plantación de viñedo había ya descendido a 93 Has. y en el momento de la fundación de la Asociación (1988) no alcanzaba las 5 Has. Además, la plantación se encontraba muy dispersa y las variedades de uva no eran en todos los casos las más adecuadas para la elaboración de txakoli. Por otro lado, no existía un criterio común en cuanto al proceso de elaboración, cada productor contaba con sus particulares medios y métodos, lo que daba como resultado una heterogeneidad en el resultado no justificada desde el punto de vista técnico.
(Los datos históricos han sido contrastados y recopilados del libro El Txakoli en Álava/Arabako Txakolina autores: Juanjo Hidalgo Y José Miguel Llano 2007 y con la inestimable colaboración de D. Salvador Velilla Córdoba. Amurrio 2003)
Más de mil años después y en el mismo lugar la bodega Beldui, empieza a comercializar sus primeras cosechas de Txakoli. En un caserío del siglo XVIII surge hoy en día una explotación agrícola y un acogedor restaurante. Con una extensión propia de viñedo de siete hectáreas, fue de las primeras en recuperar la tradición perdida de elaboración del vino en esta comarca.
Beldui Txakolina. Situada en lo alto de Llodio y con vistas a todo el municipio, la bodega Beldui Txakolina tiene una trayectoria de 20 años y en 2013 fue galardonada con el Premio a la Innovación Comercial de Euskadi. Destaca también por sus visitas guiadas y la variedad de vinos que producen: txakoli dorado, blanco, rosado y espumoso.
Sus Gestores Jon, Ander y la fabulosa cocinera Rosa nos descubrieron paso a paso el proceso de elaboración del txakoli: desde el trabajo en el campo, hasta que la botella sale de la bodega. Conocimos además vinos tradicionales de la zona y el novedoso txakoli fermentado en barrica. Para finalizar la visita a la bodega, degustamos sus vinos y un aperitivo. Todo ello hilado con parte de la historia de Llodio y sus gentes.
- La uva se recoge en los viñedos y es transportada a la bodega.
- A continuación se despalilla en un 65 % aprox.
- Proceso de estrujado: poniendo especial cuidado para que el mosto esté el menor tiempo posible en contacto con los hollejos.
- A continuación en un rápido proceso se procede al prensado, con un rendimiento aproximado del 70%.
- En los depósitos se procede al desfangado que consiste en separar del mosto las partes sólidas que se han ido formando.
- Trasiego.
- A continuación se pasa al depósito de fermentación durante 12 días y a una temperatura de 17º. Con las levaduras (lías) en el fondo se vuelve a trasegar, se apartan las lías y ya tenemos la base de lo que será el txakoli, en este momento se dan dos procesos:
- Estabilización por frío ( 10 días a 4-5º bajo cero)
- Filtrado en el depósito nodriza
- Almacenamiento en depósitos de acero inoxidable
- Embotellado sobre pedido.
Por último acabamos con una degustación de sus productos.