Comenzamos el año 2017 el sábado 7 de enero, con productores y aceite de Rioja Alavesa, en esta ocasión con los hermanos Bujanda de Moreda; aunque lo hemos comentado en otras ocasiones conviene recordar algunas pinceladas de sobre este oro líquido, en palabras de Fernando Martínez-Bujanda, al que tanto le debemos los amantes del aceite de Rioja alavesa.
El origen del olivo se pierde en la noche de los tiempos, situando el mismo en Asia Menor, en la franja conocida actualmente como Oriente Medio.
Aunque su cultivo se remonta al Neolítico (3000-4000 años antes de Cristo), el olivo llega a la Península Ibérica hacia el año 1050, con los fenicios, pero son los romanos los que desarrollaron su expansión. Es tal la importancia del cultivo del olivo, en esos momentos, que el emperador Adriano acuño monedas con un ramo de olivo y la leyenda: «Hispania».
Con la llegada de los árabes se introdujeron nuevas variedades y sobre todo nuevos vocablos, como aceituna, aceite o acebuche.
Ahora bien, como ya decíamos antes y centrándonos en la evolución en Rioja Alavesa del viñedo, cereal y olivo, estos cultivos han ido variando a lo largo de la historia, marcado fundamentalmente por los aspectos económicos de cada momento.
La mayoría de las veces, aspectos externos a las propias explotaciones agrícolas, han influido en el devenir de nuestra agricultura y nunca se ha podido hacer unas previsiones de largo recorrido.
Este mal histórico se hace más palpable en la actualidad, donde una agricultura globalizada, nos puede arrastrar al abismo, sino buscamos y encontramos la originalidad, lo nuestro, la distinción un producto arraigado a nuestra tierra a nuestra gente, a nuestra manera de ser y actuar.
Y en este cultivo, del que hoy estamos hablando, lo podemos llegar a conseguir, tenemos unos olivos centenarios, una variedad única (Arróniz), unas técnicas de cultivo que deben ser adaptadas a nuestros tiempos, pero sin olvidar todo el bagaje heredado y unos olivicultores, donde el sentimiento y amor al olivo prima sobre otras muchas circunstancias.
HISTORIA DEL OLIVO EN RIOJA ALAVESA
Se tienen bastantes referencias, fundamentalmente de ordenanzas municipales, de que los cultivos predominantes en los siglos XI al XIV eran los cereales, el olivo y el viñedo.
Del siglo XIV al siglo XIX, el olivo sigue manteniendo una importancia fuerte en nuestra agricultura riojana y a finales del siglo XIX podemos ver que, Rioja alavesa contaba con 720 Has, que daban una producción de 1300 hectolitros de aceite. Es decir, una producción media por olivo que difícilmente alcanzaba los cinco kilos por árbol.
A primeros del siglo XX, el cultivo del olivo alcanzó su máxima expansión, pero es a mediados de este mismo siglo, cuando ya se empiezan a dar los primeros arranques de olivo en la zona. El olivo estaba presente en 14 municipios de Rioja Alavesa, y el 64% de su presencia se encontraba en Moreda, lanciego y Oyón, con unas 120 Has / por municipio .En segundo lugar, por la presencia del olivo, destacaremos a Elvillar, Laguardia y Yécora, con una 65 Has por municipio.
La zona más oriental de Rioja alavesa ha concentrado la mayor superficie del cultivo del olivo (4%) y esa importancia de dicho cultivo se podía constatar con la existencia de hasta cuatro trujales, en localidades como Moreda, Lanciego y Oyón.
Pero el olivo, en esta comarca, ha seguido disminuyendo sus hectáreas de cultivo. La importancia del viñedo, aupado por sus precios, ha hecho que Rioja Alavesa se haya convertido en lo que podríamos denominar “un mar de cepas”.
La presencia del olivo pasa de los 14 municipios, en 1962 a solamente 7, en el año 2003, estando el 90 % del cultivo total en Moreda, Lanciego y Oyón.
EL CULTIVO DEL OLIVO EN LA ACTUALIDAD
Las 305 Has. del cultivo del olivar en Rioja Alavesa se distribuye de la manera siguiente:
Baños de Ebro 0,54
Kripan 0,64
Elciego 1,65
Elvillar 12,14
Labastida 9,79
Laguardia 12,43
Lanciego 79,63
Lapuebla 9,31
Leza 0,10
Moreda 84,64
Navaridas 1,64
Oyón 46,70
Samaniegov 1,25
Villabuena 0,40
Yécora 30,60
Total 305,21 Has
El olivo ya está presente en los 15 municipios de Rioja Alavesa, donde el 70% se encuentra en Morada, Lanciego y Oyón.
EVOLUCIÓN DE LA MOLTURACIÓN EN RIOJA ALAVESA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS:
Hay que empezar destacando que nos encontramos en una zona límite de cultivo, fundamentalmente por las condiciones climatológicas, unido al carácter vecero del olivo, hace que la fluctuación de la producción sea importante, pero también que la calidad del aceite producido, sea superior.
Todos nuestros aceites presentados a los paneles de cata han pasado con holgura el examen para conseguir la categoría de virgen extra.
El aceite en rama es la mayor representación de la pureza y genuinidad del aceite de oliva; es un aceite proveniente de olivas totalmente sanas caso recogidas en el justo momento en el que la fruta guarda todos sus aromas intactos, lo que hace que el AOVE recuerde muchísimo al mismo fruto, Es un aceite sin filtrar, decantado durante un cortísimo plazo de tiempo. Es el aceite más fresco, puro y sin defectos que podemos encontrar, con la única desventaja que si no se sirve correctamente, puede presentar algún residuo al servir.
Con este aceite se quiere lograr un mayor equilibrio entre el frutado, el picante y el amargor cualidades que deberían ser bandera de la variedad arróniz; es un aceite que ha de ser consumido dentro de un plazo menor que el AOVE filtrado. Ideal para consumir en crudo y en platos con una ligera temperatura que harán que los aromas volátiles den a los platos otra dimensión.
La supervivencia de esta producción está en hacer ver que es rentable para que el resto de Rioja Alavesa recoja estas sinergias y se lance a producirlo. También estos jóvenes productores apostaban por la venta directa y el conocimiento del consumidor si bien también lo comercializan en tiendas especializadas.
A pesar de la gélida mañana los que se acercaron a nuestro stand pudieron probar este aceite Arróniz sólo y a acompañado de un pincho de escarola de Heredia.