La cuestión agroalimentaria en Vitoria-Gasteiz sigue siendo un reto pendiente a pesar de los numerosos eventos y continuas experiencias que proliferan en nuestra ciudad orientadas hacia un sistema agroalimentario más sostenible, en su mayoría promovidos por una numerosa relación de agentes concienciados y decididamente implicados, aunque en algunos casos incluso desde dentro del propio ámbito municipal (huertas de ocio, alimentación en haurreskolak, etc.).
El municipio de Vitoria-Gasteiz comprende más de 60 núcleos rurales donde la actividad económica es la agricultura de un modo casi exclusivo. Sin embargo los cultivos se dedican casi en su totalidad a cultivos extensivos. La producción destinada al consumo local es testimonial.
En el municipio de Vitoria-Gasteiz se cultivan 11.000 has. De ellas 7700 se dedican a cereal, 1.000 has a pastos, 900 a remolacha, 300 a patata, 900 has a oleaginosas, proteaginosas y cultivos forrajeros; y solamente 60 has a huerta, legumbres y frutales. Los planes medioambientales desarrollados por la municipalidad nunca han tenido en cuenta esta realidad ni se ha contado con las propuestas del conjunto de los pueblos, los cuales tienen su propia idiosincrasia. Se habla “de y para los pueblos pero sin los pueblos”. Tampoco El Planeamiento del territorio (P.T.P., D.O.T., planes urbanísticos) suelen contemplar criterios para mantener una producción cercana a la población urbana.
Son alguanas de las sensibilidades que Slow Food Araba-Álava intenta comunicar en un Stand diferenciado, en el Mercado de la Almendra, que se celebra los primeros sábados de cada mes en Vitoria-Gasteiz, también con el objetivo de valorizar los productos alaveses de calidad así como el trabajo de nuestras productoras y productores.
En esta ocasión el corazón de la ciudad se llenó de de puestos de artesanía y alimentación. La lluvia y las bajas temperaturas hicieron que la afluencia de público fuera menor que en ocasiones anteriores, sin embargo los que se animaron a salir pudieron disfrutar del stand de Slow Food Araba-Álava. En esta ocasión le tocó el turno a la manzana-pera de la Montaña Alavesa, en concreto de Arluzea, que los asistentes pudieron degustar asada y en revuelto con morcilla de potro también de la Montaña Alavesa. De la mano de Eduardo Urarte y el resto de voluntarios de Slow (Dalmacio, Arberas, Maite y Marifeli) los asistentes pudieron conocer los entresijos de esta fruta a punto de desaparecer sino fuera por el trabajo de la Red de Semillas de Euskadi y de la Diputación Foral de Álava que está llevando a cabo labores de injertado y estaquillado para su reproducción y conservación .
Muchos han sido los que a lo largo de la mañana, a pesar de la inclemencia del tiempo se interesaron por este producto casi desconocido en nuestro territorio y pudieron llevarse también semillas de otro producto del Arca del Gusto como la lechuga Martina.