El martes, día 1 de septiembre de 2020, de la mano de Slow Food Araba se organizó una visita a las explotaciones hortícolas de Basaldea en Abetxuko,
En cumplimiento de las estrictas medidas de serguridad reducimos al máximo el grupo de visitantes dejando para una ulterior ocasión la repetición de la actividad para los que no pudieron acompañar a los asistentes entre los que se encontraban Oskar González, Presidente de la Asociación de Vecinos de Abetxuko, Nati López de Munaín, Directora de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Álava, Marian Mesanza de Promoción Económica del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Uxue Arbe, Araceli de la Ekomision de la Asociación Abetxuko, Mikel Baztan, Aitor Buendía, Eduardo Urarte de Slow Food y por supuesto ejerciendo de Anfitrión Javier Chavez, miembro de Slow Food Araba y uno de los impulsores del Proyecto.
El proyecto Basaldea es un conjunto de actuaciones que persiguen el impulso de la agricultura ecológica local con los siguientes objetivos:
Objetivos generales
El objetivo general del proyecto Basaldea es generar en el medio plazo empleo y negocios en torno al sector de la producción y distribución de producto ecológico agrario alavés a través de las siguientes líneas de intervención:
• El fomento de unidades de producción agrícolas dirigidas por nuevas y nuevos emprendedores en la provincia que den satisfacción, con producto ecológico alavés, a la demanda de este tipo de producto.
• La puesta en marcha de un canal de distribución y comercialización de productos ecológicos a través de la creación de un centro de consolidación de estos productos y la generación de rutas y servicios de suministro y entrega a sus clientes.
• El mantenimiento de un patrimonio común que es el paisaje local, en concreto el paisaje agrario y la diversidad biológica de Vitoria-Gasteiz.
Objetivos específicos
Teniendo en cuenta el objetivo general del proyecto y ligadas a las tres líneas de intervención señaladas, surge una cuarta línea de intervención transversal, la creación de cultura de consumo de producto local ecológico, relativa a la información, a la comunicación a la creación de entornos donde se informe a la ciudad sobre qué es producto de cercanía, producto local, circuito corto,…
En torno a esas cuatro líneas se agrupan los objetivos específicos:
• Formar a jóvenes desempleados/as con sensibilidad por el mundo rural en un sector emergente con claras oportunidades de desarrollo económico.
• Creación de un semillero de tierras que acoja a las nuevas empresas que se generen dedicadas a la producción de producto ecológico.
• Generar un canal corto de distribución que aporte valor añadido a todo el sector de agricultura ecológica de Álava.
• Fomentar la generación de empleo para personas en peligro de exclusión social a través de la colaboración con empresas de inserción.
• Generar sinergias entres los diferentes agentes de la cadena de valor (agricultores y ganaderos, centros de formación e investigación, comercios y hostelería locales, Administración, etc.).
• Sensibilizar a la población acerca de conceptos como Slow food, Mood food, estacionalidad del producto, proximidad, etc., mejorar la percepción social de los productos locales, fortalecer la imagen de calidad y diferenciación,..
• Informar y sensibilizar sobre los cambios que supone el cambio de la agricultura tradicional a la ecológica y animar a las explotaciones agrícolas tradicionales a reconvertir su actividad hacia la agricultura ecológica.
• Impulsar el consumo de producto ecológico local por parte de prescriptores de la ciudad (hosteleros, restauradores, colegios, hospitales,…).
• Dar a conocer y favorecer el consumo del producto ecológico local por parte de la población en general realizando campañas de información y sensibilización, edición de guías, desarrollo de una web…
• Reducir la huella de carbono y las emisiones de CO2 del municipio al disminuir el transporte y manipulación de los alimentos frescos.
¡Cultivando-Innovando-Educando para el beneficio común!
Uno de los principales problemas del sector primario (en el entorno de Vitoria-Gasteiz, Euskadi, pero también a nivel estatal y europeo), es el de la falta de relevo generacional. Como resultado, se observa una continua desaparición de explotaciones agrarias, más acusado aún en el caso de las ganaderas. Las causas son múltiples y complejas, entre las que cabe destacar la escasa rentabilidad, dificultad para el acceso a tierra, condiciones de trabajo o calidad de vida, necesidad de altas inversiones, etc. Además, es evidente la falta de atractivo para el emprendizaje y la incorporación de nuevas personas a un sector que se sigue considerando “primario” pero que no parece ser prioritario.
Además, entre las explotaciones que perduran se observa una marcada especialización de la actividad (es decir, la desaparición de los sistemas mixtos, basada en la intensificación de las prácticas y la creciente dependencia de insumos (fertilizantes inorgánicos, combustibles fósiles, herbicidas, etc.) para tratar de maximizar las producciones, pero a costa de la continua degradación de los suelos (erosión, compactación, pérdida de fertilidad, biodiversidad asociada, etc.), generación de emisiones, contaminación de aguas, y a pesar de todo, con una rentabilidad económica a menudo en entredicho.
No obstante, existen referencias de modelos de producción de alimentos basados en planteamientos agroecológicos que aúnan resultados satisfactorios para los 3 pilares de la sostenibilidad: son rentables desde el punto de vista económico; desde el punto de vista social son compatibles con una calidad de vida altamente satisfactoria para las personas productoras y gozan de mayor reconocimiento social y aceptación por parte de las personas consumidoras; y desde el punto de vista ambiental contribuyen a generar suelo vivo y agua de calidad, mantener la biodiversidad e incluso a fijar carbono en el suelo (con el consiguiente beneficio para la mitigación del cambio climático).
En este sentido, el movimiento Slow Food se marcó a nivel internacional como uno de los principales retos de su documento estratégico “La Centralidad del alimento”, donde aparece el Proyecto “Regreso a la Tierra” que empieza a ver la luz al final del túnel de la mano, especialmente, de Javier Chávez con la colaboración del GOVA, Diputación Foral de Álava, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Slow Food Araba.
EL REGRESO A LA TIERRA
Un regreso a la Tierra restablecerá una estrecha conexión entre los productores y quien depende de ellos para su alimentación y su sustento. Regreso a la Tierra puede significar hacerlo en concreto para practicar la agricultura, en particular entre las jóvenes generaciones, o bien abandonar los ropajes de “consumidores” y convertirse en “coproductores”, es decir, asumir las razones de los productores “buenos, limpios y justos” y permanecer siempre conscientes de que «comer es un acto agrícola».
Según datos de ONU, en el 2009 más de la mitad de la población mundial ya vivía en las áreas urbanas y esta tendencia sigue imparable, y el oficio de la agricultura y la ganadería rara vez es contemplado como una opción de futuro para la juventud. Si esto sigue así …¿Quien cultivará nuestros alimentos?
Se hace necesario por tanto buscar fórmulas que cambien esta tendencia y Slow Food Araba se ha propuesto impulsar un proyecto para poner sobre la tierra y sobre la mesa el conocimiento y la práctica de tecnologías que ayuden a propiciarlo desde una triple visión: cultivar, innovar y educar para el bien común.
De esta manera se decidió en la asamblea anual poner en marcha el proyecto que fuera capaz de aportar dicho conocimiento y herramientas para avanzar en ese camino y en principio se propuso la posibilidad de ir a conocer in situ alguna experiencia de recorrido en este sentido.
El proyecto elegido fue la granja de Ridgedale en Suecia.
Desde ese momento se ha intentado recopilar información y ponernos en contacto para realizar una visita de la que forman parte diferentes agentes del ámbito agroalimentario de nuestra ciudad.
Sin embargo, posteriormente se ha considerado más oportuno acercar ese conocimiento y esas herramientas hasta Vitoria-Gasteiz de manera virtual.
De la mano de Ana Digón, de la asociación de agricultura regenerativa, y con la colaboración de otros colectivos en instituciones se realizó el día 16 de abril en la asociación de consumo ecológico BIOALAI se realizó la primera presentación del proyecto.
En esta primera jornada tuvimos la oportunidad de repasar algunas de las claves que este y otros proyectos semejantes están aplicando para que la producción de alimentos sea una profesión más atractiva, viable y vivible. Y de este modo tratar de contribuir al cambio en los sistemas de producción locales, y marcar un punto de inflexión en la evolución en la forma de producir nuestros alimentos.
Una demostración de qué es posible emprender sin hacer grandes inversiones y a una escala humana producir alimentos y construir suelo , biodiversidad y paisaje a la vez.”
Pero había que ponerlo en marcha así con la Colaboración del GOVA, Diputación Foral de Álava, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz , Slow Food Araba , la ilusión y el in-cuantificable trabajo de Javier Chavéz con cientos de pruebas que sería prolijo enumerar hoy podemos ver el resultado que ya se intuía para demostrar que otra agricultura es posible. Como decíamos todavía queda camino que recorrer pero ya se ve luz al final del túnel. Así Javi fue mostrando a la visita los innovadores sistemas de manejo de la tierra y los resultados de los mismos. Tal fue la satisfacción de la visita de las presentes y los presentes que la Directora de Medio Ambiente volvió al día siguiente con invitados del Ayuntamiento de Zarauz.