Korrika es una marcha reivindicativa celebrada en Euskal Herria (territorios de España y Francia) en apoyo a su lengua autóctona, el euskera. Está organizada por la Coordinadora de Alfabetización y Euskaldunización (AEK) y busca asimismo recaudar fondos para su red de centros de enseñanza del euskera (euskaltegiak). AEK es la organización más importante en el ámbito de la euskaldunización y alfabetización de personas adultas, y la única que desarrolla su actividad en todo el territorio de Euskal Herria, por encima de divisiones administrativas.
El recorrido de Korrika varía en cada edición (siendo ésta cada dos años), intentando abarcar en cada edición distintos pueblos de los siete territorios históricos de Euskal Herria a distintas horas del día en cada edición.
Preocupados por el retroceso que sufría su lengua, así como por la falta de alfabetización de sus hablantes, varios vascos comenzaron a crear, a finales de la dictadura franquista, organizaciones clandestinas para enseñar euskera y alfabetizar a sus hablantes. En este contexto surgió la asociación AEK, en 1976, como coordinadora de varias de estas escuelas. En un intento de innovar en las campañas populares que se realizaban en la época a favor del euskera, la gente de AEK decidió organizar un evento itinerante a lo largo de todo el territorio vasco, en lugar de intentar concentrar a la gente en un solo lugar. De este modo nació la idea de Korrika, entre críticas a lo «alocado» de la propuesta, cuya primera edición partió el 29 de noviembre de 1980 desde Oñati, para concluir el 7 de diciembre en Bilbao.
La recaudación de fondos se consigue principalmente mediante el sistema de «compra de kilómetros» por el que particulares e instituciones pagan a la organización una cantidad de dinero por el derecho a portar el testigo de Korrika durante un kilómetro. Todo lo recaudado durante la carrera se destina a financiar los euskaltegis de AEK.
La peculiaridad de esta marcha es que no para por la noche. Desde que sale hasta el final, el testigo va pasando de mano en mano y pueblo por pueblo sin detenerse en ningún momento. A la cabeza de la marcha suele ir la persona que posee el testigo, formado por un palo de madera tallada que sirve de pequeño mástil a una ikurriña. Dicho testigo lleva en su interior un mensaje que no se hace público hasta el último momento, cuando es leído al concluir la carrera
Este año la carrera en favor del euskera finalizó en Vitoria-Gasteiz tras recorrer más de 2.500 kilómetros en semana y media
En 1980 cuando los centros de AEK pusieron en marcha la Korrika, una fiesta itinerante tan enorme que pasa prácticamente delante de todos los hogares de Euskadi, Navarra e Iparralde. A pesar de una climatología inicial bastante fresca al final apareció el sol para dar paso a una bonita fiesta que tiene como objetivo Tipi-tapa, tipi-tapa korrika gritaban pequeños y mayores en una ciudad llena de visitantes emocionados por el encuentro
Hay muchas formas de aprender y hablar euskera y también hay distintas maneras de participar en la Korrika. La cuestión es moverse por la lengua vasca en buena compañía. Hubo quien acudió a la cita bienal con los compañeros del euskaltegi, de la ikastola, los vecinos del barrio o la familia.
Gasteiz siempre ha sido una ciudad que da todo de si por estas iniciativas y una vez más lo demostró el pasado domingo 14 de abril llenando sus calles y recibiendo con cariño a cuantos vinieron a apoyar la apuesta por el Euskera.
Como no podía ser de otra manera Slow Food Araba estuvo apoyando la cita como mejor sabe hacer con sus productos locales poniendo en valor nuestras legumbres, nuestros productos ecológicos, nuestros embutidos autóctonos, nuestra sal de Salinas y nuestro aceite Arróniz de Rioja Alavesa.
No pudieron ser mejores las críticas de los foráneos a nuestros productos locales. Otro éxito de difusión del trabajo de nuestras productoras y productores.