Igor Asarta al frente de esta explotación que se encuentra ubicada en los terrenos del caserío de sus abuelos, Atxineta Baserria (Caserio Atxineta), en el barrio de Olaeta del Valle de Aramaiona (Álava), en las estribaciones del Parque Nacional de Urkiola nos recibió amablemente para comenzar la visita.
El Valle es un enclave de excepcional belleza y riqueza natural, denominado por Alfonso XIII como la pequeña Suiza.
En la granja crían ciervos, vacas y cabras entre otras especies, que comercializan desde hace años.
Sus arándanos de las variedades Patriot, Blueta y Collins, se cultivan en plena naturaleza, en condiciones idóneas de temperatura y humedad, siguiendo las pautas de la agricultura tradicional, lo que propicia unos frutos de altísima calidad, plenos de sabor y propiedades.
Comercializan arándanos en fresco y en producto elaborado ecológico (mermeladas y zumos).
Arándanos sanos por naturaleza
Las propiedades del arándano para la salud son conocidas desde tiempos ancestrales y ratificadas por numerosos estudios médicos. Es inmejorable para prevenir la diabetes y problemas en el tracto urinario (vejiga, próstata y riñones), posee antioxidantes (prevención del cáncer y enfermedades cardiovasculares), aporta fibra y es rico en vitamina C (un vaso de zumo supone el aporte diario de vitamina).
Aunque también tienen vacas pirenaicas y ciervos; el objeto de esta visita fue realizar un programa sobre otro de los valores defendidos desde el Arca del Gusto de Slow Food, la cabra Azpigorri, raza en peligro de extinción.
Cabra azpigorri
El caserío Atxineta se dedica desde hace décadas a la cría de especies autóctonas, concentrándose de manera muy especial, en la cabra azpigorri. Dentro de los esfuerzos realizados en torno a la raza azpigorri, está el de la selección de los mejores ejemplares, buscando siempre la máxima pureza de la raza. El Caserío Atxineta ofrece a las cabras azpigorri un marco incomparable de casi 30 hectáreas de terreno (300.000 metros cuadrados), combinando pradera y bosque.
La experiencia adquirida a lo largo de todos estos años unido al cariño por la raza seleccionada permite ofrecer cabritillos lechales de la mejor calidad para alta restauración.
Por supuesto, también ofrecen cabra adulta y macho Azpigorri para la procreación.
Las palabras «azpi gorri» provienen del euskara y etimológicamente significan: «con la parte baja de color rojizo», como descripción de estos rumiantes de color oscuro con degradaciones de color rojizo o castaño en la región abdominal, bragadas, extremidades y zonas de la cabeza como las carrilleras. Son cápridos de perfil recto o subcóncavo, eumétricos y de proporciones medias. La cabeza es fuerte, de cara amplia, orejas de inserción horizontal o ligeramente caídas. Los cuernos, sobre todo en las hembras, son en forma de arco, abriéndose hacia afuera en su terminación. Hay también animales acornes. Los machos suelen presentar perilla mientras que en las hembras es menos frecuente. La presencia de mamellas en el cuello es rara. El tronco es amplio con la línea dorso-lumbar ligeramente ensillada.
La cola es corta y erecta. Las mamas están despigmentadas, en cambio las pezuñas son de color oscuro. Son animales de doble aptitud leche-carne, aunque con marcada tendencia a la venta de cabritos con aproximadamente unos 12 kg. de peso en vivo y que suele coincidir con la segunda quincena del mes de Abril.
En la actualidad las cubriciones tienen lugar a mediados de Agosto y por lo tanto los partos se producen a mitad del mes de Enero del siguiente año. Pastan libremente en los montes con escasa intervención humana. En junio, por san Juan, son recogidas para desparasitarlas y quitar los machos que no seguirán en el rebaño. Es a mediados de diciembre cuando se recogen para bajarlas al caserío donde paren y pasan el invierno. En abril suben los rebaños a los pastos de verano. Aunque antes era más o menos frecuente el ordeño, hoy en día, se ha abandonado dicha práctica.
Aunque, como decimos, La raza azpigorri se encuentra actualmente en peligro de extinción, no obstante, gracias a la labor de muchos cabreros vascos, ésta se está recuperando. Por otro lado, el empuje de determinadas iniciativas hosteleras y su protección desde el ARCA DEL GUSTO DE SLOW FOOD están reforzando su inclusión en las cartas dentro de un trabajo orientado a la potenciación del producto local en la gastronomía vasca.
Próximamente podréis ver este reportaje en el programa SUSTRAIA DE EITB.