Del 14 a 17 de junio de 2018, Nairobi ha recibido el Consejo Internacional de Slow Food, el órgano de orientación estratégica de la organización. La reunión representa el principal foro para el diálogo entre los representantes de Slow Food local y define las principales estrategias para Slow Food internacional para el año que viene.
El Consejo Internacional que representa a los 5 continentes se reunió por primera vez desde su última constitución durante el Congreso Internacional de Slow Food en Chengdu, China, en septiembre de 2017.
Desde su fundación por el Presidente Carlo Petrini en 1989, Slow Food se ha convertido en un movimiento global, con millones de personas en 160 países, trabajando para garantizar el acceso de todos a alimentos buenos, limpios y justos.
Después del 7º Congreso Internacional de Slow Food en Chengdu, Slow Food renovó radicalmente su estructura para hacer la organización más abierta e inclusiva, con nuevas formas de participación y participación. Los delegados aprobaron la Declaración de Chengdu, que confirma la necesidad de luchar por alimentos buenos, limpios y justos hasta que estén asegurados para todas las personas de este planeta. Más específicamente, Slow Food se comprometió a trabajar en seis propuestas diferentes, una de ellas dedicada a África: África de Slow Food y Terra Madre.
Kenia, como país anfitrión de la reunión del Consejo de Slow Food Internacional, ilustra las actividades globales de la organización y, en particular, el intenso trabajo que Slow Food ha realizado en Kenia y en el continente africano.
La importancia de África en la visión estratégica de Slow Food se refleja en la composición de su liderazgo, empezando por su vicepresidente Edie Mukiibi: agrónomo, vive y trabaja en Uganda, donde creó huertos agroecológicos, Baluartes Slow Food, Mercados de la Tierra y una enorme red de comunidades del alimento con un grupo de jóvenes llenos de entusiasmo.
John Kariuki Mwangi es el vicepresidente de la Fundación Slow Food para la Biodiversidad, coordinador de la red Slow Food y de proyectos en Kenia, y consultor para Slow Food, que representa a África Oriental, Central y Sudáfrica. Formado por la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo, supervisó la construcción de más de 300 huertos y el desarrollo de la Red de Jóvenes Slow Food en Kenia.
Patigidsom Jean Marie Koalga es el coordinador del comité de Slow Food en Burkina Faso y líder del Convivium Bagaré. Jean-Marie es un educador comunitario y activista en los campos de la agroecología y el desarrollo sostenible. En 2013, inició su participación con el proyecto Hortas en la creó más de 3.000 huertas en escuelas, aldeas y en las periferias de 35 países africanos. Las huertas se cultivan de forma sostenible, con técnicas de compostaje, uso eficiente del agua, variedades de plantas locales y combate natural de plagas.
Hoy, el Slow Food en África está formado por 282 grupos locales, 355 comunidades del alimento, 45 Baluartes, 5 Mercados de la Tierra, 488 productos del Arca del Gusto y 3072 huertos que garantizan la supervivencia de 40.000 familias.
En este contexto nos pusimos a dar forma jurídica y legal al mandato que recibimos de los más de 400 Congresistas de Chendgu sobre la nueva estructura de la Organización:
El Congreso otorga un mandato a los organismos rectores elegidos en Chengdu para la iniciación de un proceso de reforma de la Asociación de Slow Food, que habrá de concluir en un Congreso, a celebrarse, a título orientativo, en 2020 en Turín durante la celebración de Terra Madre, donde se votará y entrará en vigor la nueva estructura organizativa. Esta variación habrá de tener como finalidad conseguir una organización más funcional, a fin de cumplir los desafíos y objetivos estratégico-políticos contenidos en el documento congresual presentado y aprobado en el Congreso y reiterado en la declaración de Chengdu. Los organismos dirigentes electos tienen que cumplir las siguientes directrices e indicaciones de manera vinculante.
1) La red internacional de Slow Food debe superar el modelo asociativo como única forma posible de adhesión y presencia en los territorios. Se estudiarán nuevas formas y posibilidades de adhesión, implicación y participación de las personas físicas. En este sentido será posible evaluar la creación de entes legales diferenciados de la Asociación, sea por lo que respecta a Slow Food, lo sea respecto de los niveles territoriales
2) Serán redefinidas las funciones y los roles de los diferentes niveles organizativos de Slow Food (internacional, regional/nacional, local). El objetivo a cumplir será clarificar los objetivos y metas de estos niveles para ser más estratégicos y eficaces y eliminar muchas de las superposiciones y duplicaciones hoy existentes. Se preservará y reforzará la autonomía de los territorios si bien, a su vez, se deben crear mecanismos vinculantes respecto de la participación en las actividades conjuntas del Movimiento, como por ejemplo las campañas globales. Ningún nivel organizativo podrá ejercer derecho de veto o de exclusividad sobre los propios territorios, ya que esto podría impedir la formación de nuevas formas de activismo y de adhesión a Slow Food.
Los niveles fundamentales para la existencia de Slow Food serán los de las comunidades locales y el internacional, el resto de niveles serán considerados como estructuras de servicio, a poner en marcha en caso de necesidad.
3) A nivel territorial las comunidades locales siguen siendo nuestro fulcro. Se impone una labor de redefinición de su estructura y de sus objetivos. Habrán de ser cada vez más abiertas, inclusivas y con capacidad para acoger personas con todo tipo de formación y de cultura.También habrán de ser cada vez más grupos locales de activistas y menos lugares asimilables a círculos dedicados a la organización de eventos para satisfacer a sus propios miembros.
Habrán de ser muy libres de escoger sus actividades y prioridades de acción, pero estar también vinculados a la realización y apoyo a las grandes campañas realizadas a nivel global. Todas las comunidades locales existentes deberán actualizar sus propios objetivos y estructura en base a la nueva organización, antes del Congreso de 2020.
4) Es necesaria una labor de redefinición de la estructura y los objetivos de las estructuras regionales y nacionales. Se trata de estructuras de servicio y han de definir claramente sus fines, sus planes estratégicos y sus objetivos. Tendrán que convertirse cada vez más en entes de aplicación de las estrategias globales a nivel territorial. Todos los entes regionales y nacionales existentes habrán de actualizar sus fines y su estructura en base a la nueva organización.
5) Es necesaria una labor de redefinición de la estructura, de las prioridades y de los objetivos de Slow Food. Slow Food tendrá que concentrarse cada vez más en la definición del enfoque, las estrategias, los objetivos y las directrices de las posibles actividades a realizar.
El papel operativo de Slow Food debería centrarse principalmente sobre:
* Contenidos/Campañas/Comunicación
* Capacitación
* Ayudar a los territorios a encontrar financiación y apoyar la labor en estos países, incluida la fase de arranque de los diferentes proyectos.
6) Un área estratégica donde concentrarse será la comunicación.
Debemos cambiar nuestra comunicación para ser más sencillos e inmediatos en la explicación de quienes somos, pero sin perder la complejidad de nuestro mensaje y la multiplicidad de nuestros objetivos y visiones. Debemos hallar la forma de definir los diversos niveles (internacional, nacional/regional, local) de comunicación, para evitar la duplicación y optimizar el trabajo.
Habrá que reflexionar conjuntamente sobre el uso de la marca, para tutelarla, pero también para ponerla en valor y evitar la fragmentación y proliferación de otras marcas.
7) Un área estratégica sobre la que concentrarse será la búsqueda de recursos.
Las nuevas formas de financiación de Slow Food deberán ser estudiadas a todos los niveles. Se implementarán estrategias específicas para implicar a las personas físicas, las empresas privadas, las Fundaciones y las Instituciones.
8) Deberá fomentarse la participación a todos los niveles del más amplio número posible de personas, y desincentivar la excesiva burocratización y jerarquización de las estructuras a todos los niveles.
El documento de la nueva estructura está consensuado, aprobado y en breve, después de pequeñas matizaciones que desde ámbitos locales se realizarán esta semana y consiguiente traducción, estará en vuestro poder.
También aprobamos el estado financiero del año 2017 por un importe de Ingresos de 5.363.600 € y un importe de gastos de 5.360.523 €, con el resultado de 3.077 € de superávit económico.
La parte más lúdica fueron nuestras visitas a los Convivia de Gikindu y Ruchu y sus huertos así como las comunidades de Maragua, Kandara y Magomano.