La carne terreña es carne de animal bovino de raza autóctona, en peligro de extinción, de pequeño tamaño y rústica presencia. Su uso tradicional ha constituido una ayuda para las labores agrarias, destacando el trabajo de los bueyes de esta raza. Por otra parte y debido a su citada rusticidad, presentan una excelente aptitud maternal, gran facilidad de parto y buena fertilidad. A pesar de que en los últimos años la población se ha deteriorado por cruces indiscriminados, gracias a algunos ganaderos responsables y sensibles a esta raza, se está logrando preservarla de su total desaparición. Su presencia es ancestral habiéndose utilizado esta raza en las tradicionales pruebas de arrastre de piedra del País Vasco.
El color de la capa es castaño, en diversas tonalidades. Mucosas negras o de color gris pizarra. Difícilmente sobrepasan los 142 cm. de cuernos finos, blancos con las puntas negras. Las hembras presentan ubres de color crema cubiertas de pelos. Produce canales de bajo peso, buen color y grado de engrasamiento. En Álava sus productores asociados en ARATEL (Asociación Alavesa de Criadores de Bovino de Raza Terreña) conforman una cabaña de aproximadamente de 500 cabezas.
Reglamentación específica de la Raza Terreña: Orden de 9 de diciembre de 2003, del consejero de Agricultura y Pesca, por la que se aprueba la reglamentación específica de la raza bovina «Terreña». Boletín Oficial del País Vasco, nº 9, de 15 de enero de 2004.
Su área histórica de producción se halla en las Sierras de Gorbeia (entre Alava y Bizkaia), Salvada y Guibijo (Alava) y Orozko (Bizkaia).
Una de las ganaderías alavesas está ubicada en Guilarte, en el Valle de Cuartango (Alava). Los hermanos Mikel y Julen Martínez de Santos pastorean una cabaña de 75 hembras reproductoras de raza terreña en la sierra de Gibijo, con un sistema extensivo buscando los partos en primavera desteta los terneros en 6-8 meses.
De esta ganadería fue el pintxo que preparamos para promocionar esta carne en una edición de mercado especial en el que se pusieron en marcha unas nuevas rutas turísticas que abren al público los talleres de artesanía y oficios tradicionales del Casco Viejo. Estas rutas combinan historia y artesanía visitando diferentes puntos de la almendra, desde las vidrieras de San Miguel, hasta el Museo de los Faroles pasando por los murales o los talleres de los artesanos. En esta ocasión, y para estrenar la iniciativa, la visita fue al taller de arte Viñaspre y terminó en nuestra carpa valorando la excelente carne de Terreña.