Con ocasión del hermanamiento de la Associaciò Gastronómica de Pollença y la Sociedad Zapardiel, Slow Food Araba fue invitada el pasado noviembre a presentar Vitoria-Gasteiz verde y los productos alaveses, que tanto les sorprendieron y gustaron en su visita a Gasteiz, en el Centro Social de Pollença.
Una de los objetivos que nos hemos propuesto desde nuestro nacimiento es la valorización de nuestros productos y de nuestr@s productoras/es. Y una de las formas de llevar esto a cabo es dando a conocer nuestros productos en el exterior, no tanto para propiciar su venta, que también, sino para elevar la autoestima de quien los produce y valorizar el propio producto de la manera más objetiva que proporcionan las opiniones de las gentes de fuera de nuestro Territorio.
Por ello no podíamos desaprovechar la ocasión de que se nos brindó, los días 13 y 14 de mayo de 2016, para presentar y ofrecer una degustación de nuestra patata, aceite, vino, txakolí, alubia pinta, sal de Salinas, trufa, morcilla, embutidos de potro de la Montaña Alavesa y quesos alaveses.
Fuimos recibidos amablemente en el Ayuntamiento de la citada población por Miguel Llobeta, concejal de ayuntamiento, quien nos enseñó el consistorio y nos puso en contacto con el historiador y archivero Pere Salas, con el que recorrimos la historia pasada y reciente de Pollença, mientras fuimos viendo las joyas arquitectónicas de esta turística ciudad.
Después de recorrer edificios, museos y realizar la subida al Calvario con sus más de 300 escaleras, nos obsequiaron con una excelente cena típica de la tierra en la que probamos su famoso arròs brut que literalmente traducido como «arroz sucio», es un arroz caldoso y especiado, muy nutritivo y por supuesto, muy sabroso. Existen diferentes variedades de este plato, pero esencialmente se trata de una combinación de arroz, carnes, setas y una gran variedad de verduras elaboradas de manera conjunta. Sin duda, probarlo es obligatorio.
También tomamos lechona al horno que nuestros amigos ejecutaron magistralmente, ensaïmada, gelat y pomada. Todo ello acompañado con vinos de la tierra de bodegas GVIVM.
La cena finalizó con un emotivo intercambio de recuerdos, agradecimientos y foto de familia.
El sábado 14 tocaba preparar todos nuestros productos para presentarlos y darlos a degustar, en el céntrico salón de actos del Club Pollença.
Con la sala abarrotada de público comenzamos hablando de la labor desarrollada en los últimos años en nuestra ciudad, en cuanto a sostenibilidad, estrategia alimentaria, etc. que propició que en año 2012 fuera galardonada como Green Capital Europea.
Tras un pequeño recorrido por los lugares más interesantes de Vitoria-Gasteiz, también hablamos de la filosofía slow y del trabajo que estamos desarrollando.
Muchos fueron los que se interesaron por la filosofía slow food y por los contactos más cercanos; algunos de ellos trabajan en proyectos similares pero se ven sólos y aislados, por lo que nos manifestaron la intención de ponerse en contacto con los responsables de la isla en el movimiento Slow Food que no pudieron acudir a cita.
Nos acompañaron productores locales (de ovino, quesos, sobrasada, vinos y aceites) que nos expusieron sus problemáticas y se interesaron por la manera de afrontarlos en Álava.
Como suele ocurrir en nuestros laboratorios del gusto, la parte más deseada fue la de degustar los manjares alaveses. Previamente hicimos referencia uno a uno sobre su procedencia y sistemas de producción de los mismos. Representantes de locales de establecimientos de Delicatessen se interesaron sobre todo por los embutidos de potro, queso artzai-gazta, txakoli y la trufa alavesa, que a pesar de llevarla congelada gustó mucho.
La presentación fue seguida por los medios locales que alabaron el modelo de difundir territorio a través los productos de calidad.
A lo largo de este fin de semana también tuvimos la ocasión de visitar la Bodega Mortitx. Mortitx es una antigua alquería árabe situada en el corazón de la sierra de Tramontana, al norte de Mallorca a 400 metros sobre el nivel del mar. En el año 2001 un grupo de inversores amantes de la tierra y del vino, unieron esfuerzos para realizar un proyecto cuya meta era la elaboración de un vino que expresara la simbiosis entre tierra, clima y vid, con la más moderna maquinaria enológica, todo ello dirigido por los más cualificados profesionales.
Actualmente, Mortitx dispone de unas 16 hectáreas de vid, y de su fruto se elaboran unas 100.000 botellas anuales de nuevos y diferentes tipos de vinos; blancos, rosados y tintos, y entre los primeros, un dulce creado a partir de uva congelada.
Como variedad blanca, se elige un cepa tradicionalmente mediterránea: la malvasía, de intensos aromas y suave sabor, acostumbrada los fuertes vientos y las nevadas del invierno.
Para la elaboración de los tintos, se plantaron variedades nobles como la syrah, merlot y cabernet sauvignon, que se han adaptado perfectamente a las condiciones especiales de estos terrenos.
Nos agasajaron con un aperitivo en el Bar Mallorca de la Cala Sant Vicenç, administrado por nuestro buen amigo Joan, lugar de ensueño para el cuerpo y el espíritu.
Una vez más agradecer el trato de nuestros anfitriones de la Associació Gastronòmica Pollença y como no el trabajo de todas las voluntarias y voluntarios de Slow Food Araba que habéis hecho que nuestra tierra sea apreciada fuera de nuestras fronteras.