El bicentenario de la batalla de Vitoria, una vez más nos dio pie para promocionar nuestros productos alaveses con tres degustaciones que fueron presentadas en la Sala de Prensa de la Diputación Foral de Alava el pasado 19 de junio.
En la misma se dieron cita la Diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Icíar Lamarain, Araceli de la Horra, por parte del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Alberto López de Ipiña, Presidente de Slow Food Araba-Álava.
Se expuso que el ejercito Napoleónico, seguramente, que en aras de conseguir una mayor agilidad de movimiento, no disponía de la cocina de campaña, al uso, que llevaban otros ejércitos. Principalmente cargaban en la madre patria cereales y la patata, todavía de incipiente consumo en la Península Ibérica. Así púes debemos suponer que, a su paso por estas tierras, se apropiaron de las viandas que en aquella época se consumían de manera más o menos generalizada; carnes de ovino y caprino, cerdo, garbanzos, habas, hortalizas y por supuesto pan y vino. Ni que decir tiene que los ejemplares salvajes de las especies que encontraban a su paso completaban la cazuela; algunos de los platos típicos de la época, seguramente para aprovechar las preciadas hogazas de pan que quedaban secas y duras como una piedra, eran las migas de pan que realizaban hidratando los panes y añadiendo cecinas, tocinos y grasas y las gachas que se realizaban con harinas de diversos cereales.
Curiosamente la ingesta de patata no se había generalizado en la península y fueron las tropas napoleónicas entre otros factores los que iniciaron el camino de su consumo, aunque este no llegaría totalmente hasta finales del siglo XVIII. Versionando libremente estas prácticas gastronómicas Boilur y Slow Food han propuesto tres degustaciones gastronómicas en la Plaza los Celedones. Utilizando productos como la patata, pimientos, tomates, cerdo, oveja (en este caso más cordera que oveja para aquellos epigastrios más remisos a rechazar animales excesivamente adultos), cecinas, pancetas, cereales, aceite de Rioja Alavesa y sal de mota de Salinas de Añana.
Concretamente:
Sábado 22 de junio de 2013. 19:30 horas Degustación de «Rancho de Batalla». Caldereta de cerdo, patatas y verduras de la huerta
Domingo 23 de junio de 2013. 13:00 horas Degustación de «Delicias del General Álava». Gachas con cecina y tocino
Lunes 24 de junio de 2013. 13:00 horas Degustación de «La Victoria-Gasteiz». Estofado de cordero con hortalizas.
El responsable de Slow Food tampoco no dudó en subrayar, que dejando aparte las consideraciones bélicas del histórico hecho, que estas degustaciones permiten potenciar la economía local y suponen un escenario perfecto para que los productos alaveses sean reconocidos por el público en general. También recordó el carácter social de las citadas demostraciones ya que la recaudación (1 euro el pincho) se destinaría al Banco de Alimentos de Álava.
Slow Food Araba se hizo cargo de las “Delicias del General Álava” plato elegido porque reúne los ingredientes que podemos intuir que había en las casas de los lugareños: harina, tocino, jamón, chorizo, cecinas y carnes secas, leche etc.
Las gachas fueron una comida tradicional en gran parte del norte de Europa y Rusia desde la antigüedad. La cebada era el grano usado habitualmente, aunque podían usarse otros cereales o áfaca, según las condiciones locales. Eran principalmente un savoury, con diversas carnes, raíces, verduras y hierbas añadidas como condimentos. Las gachas podían cocinarse en un caldero metálico grande sobre carbón, o calentarse en un recipiente de barro más barato añadiendo piedras caliente hasta que hervían.
Hasta que el pan con levadura y los hornos para cocerlo se hicieron comunes en Europa, las gachas fueron la forma típica de preparar cereales. También se usaron habitualmente como comida para los reclusos de las prisiones británicas, por lo que «hacer gachas» (doing porridge) se convirtió en sinónimo de una condena de cárcel. En la cocina española puede verse como durante la Al-Ándalus el autorIbn Razin al-Tuyibi en su libro de recetas incluye un capítulo sobre el tema. Posteriormente otros autores incluyen capítulos de gachas en sus tratados culinarios, como Martino da Como (Liber de arte coquinaria).
En muchas culturas modernas, las gachas se toman como desayuno, añadiéndoles a menudo azúcar, leche o crema pero para el desayuno tradicional escocés se hacen con sal. Algunos fabricantes de cereales para desayuno venden versiones listas para tomar. Las gachas son una de las formas más fáciles de digerir cereales o legumbres, y se usan tradicionalmente en muchas culturas como comida para alimentar a los enfermos. También son habitualmente consumidas por deportistas entrenándose para sus eventos.
Así que a las 11 de la mañana del domingo 23 estábamos, en la plaza de los Celedones de Oro, disponiendo de la infraestructura necesaria para la elaboración del citado plato; bajo la batuta de Maite Gonzalez se mezcló en su justa medida ingredientes como harina de trigo, leche, agua, pimentón, cecina, jamón, chorizo, panceta, aceite de Rioja Alavesa y Sal de Salinas de Añana; la extrañeza inicial de quienes se acercaron a degustar las gachas, desconocidas para la mayoría, pronto se tornó en un abanico de alabanzas de satisfacciones organolépticas de las que disfrutaron mientras observaban la recreación de la entrada de las tropas en la ciudad.
A ello hay que añadir la satisfacción del banco de alimentos que recolectó un granito más para seguir en con la necesaria labor, que en estos tiempos, están realizando.
Un vez más gracias a todo el equipo (Maribel, Eli, Joxean, Apicius, Yoli, José Luis, Gaspar, Maite, Josean) por el trabajo y disponibilidad.