Jean Pineau Fourteau (Blanquefort 16-05-1823 – El Ciego 27-05-1889) natural de Blanquefort, en el Departamento de la Gironda, pertenecía a una familia dedicada al mundo de la vitivinicultura. Aprendió el arte del viñedo, vinificación y tonelería al lado de su padre François Pineau Dugay, con el que trabajó desde muy joven en el Chateau Lanesan. Era el pequeño de tres hermanos: Pierre (1811), Marie-Jeanne (1814) y Jean (1823), por lo que de esta diferencia de edad con sus hermanos le viene el sobrenombre de “Cadiche” (“el peque”), apelativo que asumió gustosamente en muchos de sus escritos y referencias.
De su matrimonio con Petronila Seguin (16-04-1827), nacieron sus dos hijos: Jean (1847) y Carlos (1849), teniendo la familia su residencia en Lanessan.
Problemas de los vinos riojanos en el s. XVIII
Desde mitad del XVIII los vinos riojanos vienen arrastrando un problema de superproducción, con el consiguiente deterioro del precio y del propio producto; que debe ser desalojado de las cubas para acoger la nueva cosecha. La solución a esta crisis se ve en la ampliación de nuevos mercados y en la prolongación de la vida del producto para poder enviarlo a lugares más lejanos. La adición de alcohol para aumentar la perdurabilidad del vino originaba caldos “ásperos y groseros”, según el informe de Félix María Sánchez Samaniego a la Real Sociedad Vascongada en 1788.
La elaboración tradicional del vino tinto era la siguiente: fermentación en lago o cubo, pisado, trujalado, reposo del caldo en cubas y salida a la venta a granel, a los pocos meses. El consumo particular, la tabernas locales y los arrieros (transporte a localidades próximas) eran los destinatarios de estos vinos. Los covachones de las bodegas tenían capacidad para una cosecha, por lo que la venta del vino antes de la nueva , era una necesidad imperiosa. También existía el “vino viejo”, de la cosecha anterior, pero unas cantidades minoritarias.
La Sociedad Vascongada de Amigos del País promueve en 1785 un concurso sobre propuestas de mejora de los vinos, donde Manuel Esteban Quintano, clérigo de Labastida, elaborando al estilo francés, consigue pasar el Océano Atlántico sin alterar la calidad del producto. Este experimento no va a tener continuidad por el recelo de los cosecheros, temerosos de sus caldos al estilo tradicional y la no disposición de capital para realizar las inversiones requeridas.
Unas décadas más tarde, hacia 1848, D. Luciano Murrieta, tras su regreso del exilio en Inglaterra junto con el general Espartero, elabora una partida de vino al estilo francés, en la finca que el militar tiene en Logroño. La experiencia no tiene continuidad hasta 1877, donde el ya Marqués de Murrieta, elabora su producción al estilo bordelés en la finca de Igay.
Diputación Alavesa
Desde principios del XIX la Diputación alavesa impulsa la mejora de producción de los vinos de Rioja Alavesa. Es consciente del estado decadente y ruinoso de los pueblos que componen la Hermandad de Laguardia por la imposibilidad de dar salida a sus vinos, parte principal de sus cosechas.
En 1829 el Diputado General, D. Valentín Verástegui, envía un escrito-cuestionario a los ayuntamientos riojanoalaveses, y a los limítrofes de la provincia de Logroño, manifestando su preocupación para “evitar ruina y despoblación” y animando y apoyando institucionalmente a la mejora de la producción y elaboración de los vinos.
En 1854 Diputación decide abrir una Granja Modelo, poniendo al frente de la misma a Eugenio Garagarza, ingeniero agrícola que había realizado sus estudios en la escuela agrícola francesa de Grignon. Comienza así una época de fomento de la vid en Rioja Alavesa a través de distintas actuaciones.
En 1858 José Mª Migueloa y Valentín Sotés, cosecheros y procuradores del distrito de Laguardia, presentan un escrito a Diputación analizando los problemas de la zona. Comentan el papel del ferrocarril como revolucionario del comercio y apuestan por un vino de calidad, con el modelo francés en la mente; para lo cual es necesario medios y tecnología de elaboración y conservación más modernos. El futuro del vino de Rioja Alavesa tiene que tener otro camino distinto al del mercado de la producción . El vino peleón, de fuerza, con grado alcohólico exagerado para su conservación, no es el punto de mira de los responsables de este movimiento. Se busca un producto más refinado, duradero y de calidad, viéndose necesaria una reforma de las técnicas de elaboración y copiar el modelo bordelés.
Dos personajes públicos, vitorianos y bien relacionados, son fundamentales en todo este proceso: Pedro Egaña como Diputado General en Vitoria y Guillermo Hurtado de Amézaga, Marqués de Riscal, residente en Burdeos con actividades financieras y negocios. Al lado de éste, estará su hijo Camilo, diplomático y persona preparada intelectualmente, quien tomará parte activa en esta nueva andadura. Guillermo Hurtado de Amézaga recibe en 1858 por vía testamentaria de su hermana Marceliana unas posesiones en Elciego (quien a su vez las había recibido en 1845 de los Ruiz de Ubago) con una importante producción vinícola; con lo que aumentará su interés por las innovaciones en este campo.
Una de las primeras actuaciones va a ser en mayo de 1860, al enviar desde Burdeos 9.000 plantas a título experimental de variedades no utilizadas en Rioja. No se intenta iniciar una reforma de la plantación, sino comprobar si las plantas importadas dan en suelo alavés mayor grado de conservación a los vinos.
En 1862 el director de la Escuela Práctica de Agricultura pide al Diputado General la contratación de una persona con experiencia en la moderna elaboración de vinos, con un presupuesto entre 24.000 y 30.000 reales. Se transmite el mensaje al Marqués de Riscal, buen conocedor del mundo social y mercantil bordelés, quien junto con su hijo Camilo, ven en Jean Pineau la persona idónea para este cometido.
1862.- Contrato de Pineau con la Diputación Foral de Alava
El 12 de junio de 1862 firman en Burdeos un contrato el Marqués de Riscal, como apoderado del Diputado General Egaña, y Jean Cadiche Pineau, experto en elaboración del vino bordelés, quien triplicó su sueldo al prestar sus servicios a la Diputación alavesa (3.000 francos/año, aparte de los viajes). Francisco de Paternina, propietario importante de Labastida, e integrante del grupo que se suma a las iniciativas de Diputación, va a ser el intérprete en las tierras riojanoalavesas. El objetivo tal y como reza en el contrato, “se propone introducir y practicar en adelante en la provincia de Alava el mismo método seguido en el departamento de la Gironda para todo lo que tiene relación a las viñas, a las vendimias, a la fabricación de los vinos y enseguida a las operaciones para su conservación durante varios años ( como se está en la costumbre de hacer en este país).”
1862.- Contrato entre Jean Cadiche Pineau y el Marqués de Riscal en representación de Diputación
En agosto de este mismo año se prepara la vendimia, que promete ser generosa y así facilita el dejar una pequeña parte de la producción (en torno a un 10 %) para experimentar los métodos propuestos por Pineau. Se reúnen el 13 de agosto de 1862 en Laguardia los propietarios de los pueblos que se han prestado al experimento: por Elciego, el Marqués de Riscal; por Laguardia, el Conde de Salazar (Manuel Gortázar); por Samaniego, José María Olano; por Labastida, Francisco Paternina y por Salinillas, Vicente Payuesa y Domingo Laseras. Las condiciones son muy concretas y deben elaborar:
- tres barricas de roble americano
- tres barricas de roble del país
- una cuba tradicional con mínimo de 50 cántaras
La propiedad del vino elaborado según el sistema importado por Pineau era de los cosecheros, pero en el contrato rezaba que no lo podían poner a la venta antes de que el francés diera la autorización.
El vino elaborado con las enseñanzas de Pineau es bueno y satisface los paladares; pero el mercano no tiene esa referencia para introducirlo en sus intereses. Se piensa en una campaña institucional de promoción bajo la denominación de “Medoc Alavés”. Con esta etiqueta participan en la Exposición Internacional de Bayona de 1864, donde obtienen una medalla de oro. Al año siguiente en la Internacional de Burdeos, consiguen nominaciones de plata y bronce. Mientras, se van haciendo campañas en la Villa y Corte madrileña del “Medoc Alavés”, obteniendo muy buena aceptación.
La experiencia es muy positiva y abre nuevas expectativas en los mercados; pero los productores no tienen medios para conservar los vinos “ni la capacidad de las cuevas lo permiten” (Anales de la Escuela Práctica de Agricultura 1863).
La experiencia del “Medoc Alavés” termina en 1868 con cambios importantes en la vida de sus impulsores: D. Pedro Egaña deja de ser Diputado General, Garagarza deja la Escuela de Agricultura y Pineau termina sus servicios con Diputación.
1868.- El Marqués de Riscal contrata a Pineau para su nueva bodega
Mientras la Diputación Alavesa va promocionando el vino riojanoalavés y realizando enseñanzas y mejoras con Pineau, Guillermo Hurtado de Amézaga, Marqués de Riscal, animado y asesorado por su hijo Camilo, construye en Elciego una bodega moderna y espaciosa para elaborar vinos al nuevo estilo propuesto por Pineau. El proyecto está finalizado para recibir la cosecha de 1868. Así lo refleja también la Memoria presentada al Jurado sobre los vinos tintos del Sr. Marqués de Riscal para la Exposición Vinícola de Madrid de 1877“Nombró su administrador al maestro de bodega D. Juan Pineau a quien la diputación de Alava despedía en 1868, y a cuya inteligencia se debe buena parte del resultado”.
El proyecto del Marqués de Riscal es sólido: hay inversión de capital, se ha ido elaborando parte de las cosechas anteriores a 1868 según el nuevo método, se hace un nuevo edificio con posibilidades de almacenar vino en toneles y cuenta con la persona experta en los nuevos sistemas de producción, elaboración y almacenaje: Juan Pineau.
Pineau cuenta con el total respaldo y confianza de Guillermo y Camilo Hurtado de Amézaga. Le dan poderes de movimiento de dineros, cambios y variaciones en la producción, plantaciones… Pineau es la persona que solicita las autorizaciones pertinentes al Ayuntamiento local para las ampliaciones de la Bodega ( 1874, 1880, 1883 y 1887).
Jean Pineau es el gran artífice de la elaboración de los vinos riojanoalaveses al estilo francés: más suaves al paladar y más duraderos en su conservación, sin aumentar la graduación alcohólica. Pineau es uno de los motores que hizo caminar las ideas de terratientes y cosecheros alaveses hacia un mercado nuevo y hacia nuevas formas de trabajar la vitivinicultura. Es el gran mago de lo que muchos han denominado “revolución vinícola” del vino riojano.
Texto y reportaje de Jesús Fernandez Ibáñez
En este contexto y a petición de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa, el Ayuntamiento de Elciego, la Diputación Foral de Álava, Slow Food Arabaálava ha colaborado en homenajear este singular personaje maridando caldos de esta comarca con productos de calidad alaveses como el aceite de Rioja Alavesa, la sal de Salinas de Añana, las verduras ecológicas de nuestros horticultores alaveses, el queso artzai-gazta, la miel del Gorbea, nuestras carnes ecológicas, la alubia arrocera de nuestra montaña, etc.
Para ello dos grupos perfectamente adiestrados dejaron muy alto el pabellón de nuestra gastronomía y de nuestros productos tanto en Laguardia como en Elciego
Muchísimas gracias a los voluntarios y voluntarias que lo habéis hecho posible.
En 2002 di el nombre de » MEDOC ALAVES» al Restaurante del Hotel Villa de Laguardia, en recuerdo a ese primer vino de calidad de Rioja Alavesa y a su creador Jean Pineau.
Recomiendo la lectura del libro «EL MEDOC ALAVES EN EL ORIGEN DEL VINO DE CALIDAD DE RIOJA» de Ludger Mees, de la Universidad del País Vasco y editado por La Diputación Foral de Alava en 1995´.