El pasado viernes 15 de juli de 2011, tuvimos el placer de tomar parte en una cena Slow-Food organizada por el Restaurante Erausquyn de Alegría-Dulantzi.
Esta fué la última de la temporada pero a partir de octubre se retomará la actividad. Estas cenas tienen en común la presencia de productores y las explicaciones que dan sobre lo que elaboran, una cena con guiños al producto que se presenta y un diálogo contínuo con los asistentes al evento.
¿Y qué podemos decir del sitio y de los anfitriones? Pues que es lo fundamental. Al frente de esta gran casa de comidas en un edificio de 1806 están Juan Gil y su madre Rosa, ambos emanan sinceridad, buen rollo y profesionalidad, tanto en el plato como en el trato.
Preocupados por el producto y el entorno exhiben con orgullo la distinción de restaurante Km. 0, otorgado por el movimiento Slow Food. Colaboradores habituales de convivium Slow Food araba, se afanan día a día en buscar, divulgar y aprender de la materia prima cercana y de calidad.
Previo a la cena explicamos las características de los panes que se iban a degustar en la cena: ecológico de trigo multicereal, Azkoien, maíz Txakinarto y una prueba de pan con trigo troceado.
Los tres panes tienen en común un lento proceso de elaboración, formado a mano, cocción en horno de solera de piedra refractaria. Hablamos de las masas madres y cuando estábamos hablando de sus virtudes y estábamos oliendo la lievito, la levain y la masa madre ecológica de trigo, llegó el momento mágico-slow de la noche: se fué la luz, pero allí nadie se puso nervioso, mientras un electricista intentaba solucionar el problema a la luz de unas velas, probamos los panes y degustamos los vinos.
La bodega que presentaba los caldos, era Hermanos Frías del Val de Villabuena .Estos dos hermanos realizan todo el ciclo del vino, cultivan la uva, vendimian, hacen el vino y lo comercializan. Nos presentaron dos blancos y dos tintos, los cuales catamos previa explicación.
Otro momento muy interesante, fue cuando Marcelino Santiago, inquieto agricultor, nos habló de la situación del cereal en Álava y en concreto del trigo ecológico.
A continuación y con el problema de la electricidad solucionado, comenzó la cena y prosiguió el debate y las animadas conversaciones alrededor del pan, del vino, la alimentación, el medio rural…
La cena que nos preparó Juan estuvo de nota y consistió en:
- Paseo por Al-Andalus con Salmorejo de la huerta alavesa (con trocitos de nuestro pan de molde).
- Matrimonio Eusko-Catalán como excusa para degustar una Tosta con ventresca, escalibada y rúcula (la tosta era nuestra focaccia de aceitunas).
- Vuelta al Caserío para saborear nuestro Lumagorri confitado en aceite de Moreda con falso risoto de trigo sarraceno.
- Repostería adolescente, nuestro anfitrión el Pan (láminas finísimas de nuestro Brioche) con chocolate.
A los cafés, y para terminar esta noche mágica, qué mejor que la compañía de Jose Ángel Suárez (organizador de Magialdia) que nos volvió locos con sus juegos de cartas.
Texto y Fotos de Txema Pascual
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