El martes 28 de junio de 2011, a las 20:00 horas, se presentó un trabajo extraordinario de los alumnos de primero de Diseño Gráfico de la Escuela Superior de Diseño y Arte, fruto de un acuerdo con Arabako Txakolina para la creación de la etiqueta corporativa de Arabako Txakolina 2012. Tratándose de un producto que Slow Food ha seguido y apoyado en los últimos años aplaudiendo el esfuerzo de agricultores e Instituciones para elevarlo a la categoría de los mejores caldos del País Vasco, no podíamos faltar en esta cita con una degustación de pinchos de productos alaveses.
Es interesante recordar que Los primeros testimonios escritos hallados muestran que ya en el año 864 la producción de txakolí en Álava era práctica común y generalizada entre los agricultores en el Valle de Ayala particularmente en Amurrio, Laudio y Ayala. Así en el cartulario de San Millán de la Cogolla, aparecen referencias escritas de que en el año 987 se cultivaban en la Tierra de Ayala vides para la elaboración de vino. En los siglos XIII, XIV y XV la plantación de viñedo de txakolí se extendía por toda la geografía de la Comarca de Ayala al amparo de unas ordenanzas fuertemente proteccionistas, que impedían la entrada de vino de fuera hasta que no se hubiera consumido el propio. Así podemos encontrar en el archivo de Arespalditza lo que es la primera aparición de la palabra chacolín en archivos municipales del País Vasco el 1 de noviembre de 1623.
También Benito Pérez Galdós en su novela Vergara de la serie Episodios Nacionales, hace referencia al txakolí de Amurrio en 1899.
Esta situación de desarrollo cambió radicalmente a principios del siglo XX al producirse una regresión importantísima que causó la desaparición casi completa de la vid. En 1877 se había llegado a las 550 Ha., pero sucesivas plagas de oídio, filoxera y mildiu mermaron la plantación lo que unido a otros factores, como la industrialización y los cambios en los gustos de los consumidores, hicieron que en Ayala el cultivo de las viñas y producción de txakolí prácticamente desapareciera, a excepción del elaborado por los fundadores de la actual Asociación Alavesa de Productores Artesanos de Txakolí- Arabako Txakolina Elkartea, entre los que cabe destacar a D. Celedonio Campo Otaolaurrutxi de Kostera en Aiara que mantuvo viva la llama del txakolí en la Comarca de Ayala, o el impulsor de la propia Asociación y de la génesis de lo que acabaría siendo la Denominación de Origen Arabako Txakolina-Txakoli de Álava D. Eugenio Álava, ya fallecido, también de Amurrio, quienes habían conservado y desarrollado una tradición centenaria más por afición y deseo de mantener las costumbres heredadas de sus mayores que por el rendimiento económico que obtenían.
En el primer cuarto del siglo XX la extensión de la plantación de viñedo había ya descendido a 93 Has. y en el momento de la fundación de la Asociación, estaba prácticamente desaparecida, a la sazón no alcanzaba las 5 Has. Además, la plantación se encontraba muy dispersa y las variedades de uva no eran en todos los casos las más adecuadas para la elaboración de txakoli.
Por eso hay que felicitar a todos los que están trabajando tan intensamente en este campo y que hoy nos ofrecen una realidad inimaginable hace 20 años.
Hoy en día esta Denominación de Orígen es capaz de propiciar estos encuentros y convenios de colaboración, como el mencionado con la la Escuela Superior de Diseño y Arte. La presentación Oficial estuvo a cargo de Jose Antonio Merino y Mariano Álava quién entregó el galardón ganador de la mejor etiqueta para lucir en todas las botellas de este néctar durante el 2012 a ITZIAR PEREZ ABASCAL y que emocionada festejó entre txakolí, queso de pastor, miel del Gorbea, alubia arrocera de Orbiso, verduras ecológicas del Mercado de la Tierra, Sal de Salinas de Añana, ternera ecológica de Maturana y aceite de Rioja Alavesa.
Encuentro que no hubiera sido posible sin el trabajo de los que colaborasteis en el mismo. Gracias a Apicius, Begoña, Evaristo, Eli, Marisol, Gaspar, Maribel, Maite, Marimar, Luis, Karmenmari y como no al Gerente de la D.O. Joxean Merinoquien en su intervención alabó el trabajo de Slow Food Araba-Álava.