El pasado 27 de Junio de 2009 se realizó la visita a la explotación de Víctor López Izquierdo y Marisol Pérez de Onraita López de Aguileta, en Okina. Pioneros en la comercialización directa del producto que elaboran, miembros de la Red de Terra Madre y tutores de la carne de potro del Arca del Gusto de Slow Food Internacional, poseen una explotación ganadera extensiva que cuidan y miman como nadie.
Empezaremos diciendo que Las yeguas de monte, presentes desde tiempo inmemorial, siempre fueron el nexo de unión entre pueblo y montaña. Las pequeñas yeguas de escasa conformación que pastaban durante todo el año sin apenas atención del ganadero, dieron paso en la primera mitad del siglo XX a animales mejor conformados para las tareas agrícolas mediante cruzamientos y selección de los ganaderos. Reconocimiento oficial que llegó mediante la publicación de la reglamentación especifica del “Caballo de Monte” en el Boletín Oficial del País Vasco de 16 agosto de 1999. Esta reconocida en la Unión Europea como raza en peligro de extinción.
En la actualidad las yeguas y sus crías siguen pastando libremente en montes comunitarios. Los potros, nacidos en libertad, son alimentados únicamente con la leche de sus madres hasta su destete con unos seis meses de edad. Una vez destetados son alimentados con pastos, forrajes y cereales hasta alcanzar 12-18 meses de edad. Las canales de potro tienen un peso medio de 165-185 Kg.
La carne de potro es tierna, baja en grasas y rica en hierro y glucógeno. Estas características la hacen idónea para una dieta sana y equilibrada. Consumir esta carne no es solo degustar un producto saludable y bueno, es contribuir al mantenimiento de una ganadería respetuosa con el medio ambiente y con el bienestar de los animales, es contribuir al sostenimiento de una Comarca con hondas raíces culturales que anhela un desarrollo respetuoso con su pasado.
Después de esta introducción vayamos a la visita:
A la llegada del grupo de Slow Food Araba a la localidad de Okina, Víctor y su familia estaban prestos a un cariñoso recibimiento. Víctor y Marisol en septiembre de 2006 junto con Slow Food Araba crearon la Comunidad del alimento de carne de potro de la Montaña Alavesa, como forma de acercamiento de los consumidores a los productores pasando a ser todos co-productores según los planteamientos de la Asociación Internacional Slow Food. Esta no sólo era un visita, sino que era la visita de los que se comen a lo largo del año el fruto de su trabajo.
Víctor fue introduciendo a los visitantes en las labores de su explotación, en como cuida de sus animales, la alimentación de los mismos, que está basada en los pastos de las praderas a excepción de algún mes de invierno que les adiciona paja y avena de producción ecológica.
El grupo había irrumpido en plena inspección de Víctor ya que estaba comprobando el motivo de la aparición de un numero grupo de buitres. La razón era un becerro muerto al paracer por causas naturales.
La incontrolada reproducción de esta especie está causando graves problemas en los ganaderos que temen por los animales recien paridos y sus madres.
El grupo inició un largo paseo por este hermoso paraje hasta dar con la manada de equinos que Víctor atrajo con unos puñados de sal. Los animales herbívoros necesitan tres veces más de sal que los carnívoros y onnívoros. A la voz de nuestro ganadero se presentaron raudos y veloces caballos, yeguas y potros. En la actualidad esta explotación cuenta con 90 yeguas y 3 sementales. De los potros que nacen, separa las mejores hembras para convertirlas en madres. El resto pasan 6 meses con las madres, 6 meses en plena libertad y 6 meses en un terreno amplio aunque acotado para que sus carnes vayan tomando terneza antes de ser sacrificados. El periodo de sacrificio lo va adaptando a la petición de los miembros de la Comunidad del Alimento de tal manera que vende la carne de los animales antes de llevarlos al matadero, donde se despiezan y se envasan al vacio en paquetes de 5 Kg con diversas piezas del animal (chuleta, filetes de primera, filetes de segunda, carne picada, carne para guisar, zancarrón o costilla).
Las yeguas que se dedican a la cría suelen tener una vida de unos 24 años, si están bien cuidadas, el periodo de gestación es de 11 meses y cada yegua viene a tener un parto cada 20/24 meses.
Continuó el paseo hacia una sima de 38 metros de profuncidad, por un pedregoso camino escoltado por las hermosas hayas que sólo la altitud del paraje las hace crecer. Un cartel, junto a la sima, recuerda el peligro de acercarse en exceso a la misma. La siguiente parada fue una encantadora explanada en lo alto desde donde se divisa Vitoria-Gasteiz, la garganta del río Ayuda, el Condado de Treviño, Miranda de Ebro, Bernedo, Albaina etc.
Otra bonita vista fue la que se ofrecía desde la peña Txaguru.
Mientras los ojos del grupo disfrutaban de lo lindo, Víctor comentaba la necesidad de vigilar diariamente la manada. Estos animales se mueven más de 15 kilómetros y no conviene perderlos de vista varios días. Para esto utiliza los sonidos de los 140 cencerros que lleban sus animales, que identifica perfectamente.
Un alto en camino, en pueblo de Sáseta, para tomar un refresco ya que el calor del día empezaba ha hacer mella en algunos cuerpos antes de recorrer la garganta del Ayuda, delimitada por los montes Kapildui y Zalmendi (nombre con el que se identifica también la Comunidad del Alimento de la Carne de Potro de la Montaña Alavesa). Los menos atrevidos tuvieron la posibilidad de volver a Okina en vehículo rural.
Una espléndida mañana que puso su punto final alrededor de una mesa adornada con alubia alavesa con sacramentos y berza, elaboradas por Marisol, albóndigas de potro, guisadas por Maite, cuajada natural de oveja y tarta de crema napada con frambuesas y confitura de arandanos también preparada por Maite.
Esta visita nos sirve para apoyar cada vez más las explotaciones extensivas que, además de respetar el medio ambiente, defender la biodiversidad y prevenir incendios, nos proporcionan un saludable alimento que podemos pedir a través de