Visita a la Casa de Comidas BODEGAS ARISTU, en la Venta de Judas de la localidad de LUMBIER (Navarra) el 25 de marzo de 2007
Salimos a las 11,00 horas, en autobús, de Vitoria-Gasteiz, rumbo a Lumbier. Por problemas del GPS eran casi las 13,00 horas cuando descendimos del autocar y nos dispusimos a dar un pequeño paseo por la entrañable localidad navarra y de paso aprovechar para saciar la sed mañanera que asedia a todo viajero.
Pasadas las 2 de la tarde nos dirigimos hacia la Venta de Judas, enclave cercano a Lumbier, donde se ubica la Casa de Comidas BODEGAS ARISTU, donde nos recibió José Uranga y su equipo mientras se afanaban en dar los últimos coletazos para disponer la sala y solventar los problemas que suelen surgir a última hora.
Comenzamos con una cata de tres aceites. La misma no fue al uso, pues nuestro director de cata y anfitrión, en este caso también cocinero e improvisado camarero, nos dispuso los mismos en distintas copas dejándonos seleccionar los aceites para combinarlos con distintos productos y ,de manera autodidacta, fuéramos sacando nuestras propias conclusiones sobre aromas, olores y sensaciones (a mi modo de entender no muy correcto entre aficionados aunque quizás si más divertido).
Comenzamos maridándolos con un excelente pan blanco y pan integral (ecológico) de Artieda y Patxi Orrio de Egüés.
Seguimos con la cecina de León que acompañaba a quesos de Comte e Idiazábal (ecológico) de Marixabel y Peli de Unanua. Otra excusa para degustar los aceites fueron las patatas arrugadas de variedades Kennebec, Red Pontiac y monalisa (ecológicas) del agricultor Manuel Andueza de Oronz.
Las delicias epigástricas llegaron con los primeros espárragos de la temporada (de Ezequiel Moreno de Caracar), en su justo punto de cocción y acompañados de yemas de pollita ecológica mezcladas con aceite al gusto. A ellos siguieron las alcachofas con jamón ibérico (ecológico) de la dehesa Maladua-Jabugo. Sorpresa de los comensales causó la ensalada de espinacas, col lombarda, aguacate y semillas (producción ecológica) de Gumendi de Lodosa.
Hasta aquí la cata de aceites en la que Uranga acabó desvelando variedades y cualidades de cada uno. El primero era un aceite virgen de la variedad arbequina, muy suave y equilibrado de sabor que nos recordaba a manzana, pero a mi modo de entender un poco escaso de aromas (según nuestro anfitrión resultado de la variedad y del tiempo de maduración de la misma). El segundo fue un aceite virgen de la variedad Arroniz recolectada en Rioja Alavesa, de tono más brillante, más complejo en boca (aparecían ligeros matices de acidez y picante) fruto de ser más rico en antioxidantes. En nariz se apreciaban suaves matices a setas y bosque. El tercero era también de la variedad Arroniz pero de localización navarra, con mayor cuerpo, pero a mi gusto exagerando el anteriormente citado matiz a setas y bosque que se confundía con el de humedad de tierra. Según nuestro experto este pequeño defecto, si se le puede denominar así, era consecuencia de la juventud del producto y va desapareciendo en el tiempo.
Por último hubo un cuarto aceite también de la variedad arróniz que procedía de aceitunas congeladas, de color turbio tirando a opaco pero suave y equilibrado al paladar.
Fueron muchos los comentarios y algunos dispares los que surgieron de los comensales que invitan a repetir esta incursión en el mundo de los aceites.
La comida continuó con una degustación de alubias del Ganxet (baluarte Slow Food) y de la pinta de Santa Cruz. No faltó la tradicional berza (ecológica), los sacramentos de Gil de Alberite-Rioja, y las guindillas ecológicas de Carcar. En este plato, además de la calidad de las alubias, me impresionaron los sacramentos, cuyos sabores, por unos minutos, me transportaron a la infancia.
Continuamos con un cordero raso asado (ecológico) del ganadero Jesús Aranda, de Falces.
Para acabar con con cuajadas y natillas caseras (ecológicas) acompañadas de mil y azúcar moreno.
Los vinos servidos durante la comida fueron:
Aristu Rosado Garnacha 2006
Maztegui Garnacha 2005
Aristu Garnacha 2004
Aristu Crianza 2002
Brut de Garnacha Basandoa
Que nos demostraron que en ecológico se pueden conseguir unos excelentes caldos.
En definitiva un local recomendable a los amantes del buen yantar y de los productos de elaboración natural. A copiar su manera de presentar su carta.