La octava edición de Slow Fish, el evento internacional organizado por Slow Food y por la Región de Liguria, se ha celebrado entre el jueves 18 de mayo al domingo 21 de mayo de 2017 en el Porto Antico de Génova (Italia). Este evento internacional, dedicado al mundo del pescado y a los ecosistemas marinos, vincula el placer de la alimentación con la protección de la biodiversidad de las especies marinas.
En el Slow Fish 2017 han participado delegados de numerosos países: Australia, la República Democrática del Congo, Dinamarca, Ecuador, Francia, Irlanda, Italia, Marruecos, los Países Bajos, Rusia, Senegal, Corea del Sur, España, Euskadi, Suecia, Túnez, Uganda y los Estados Unidos.
Los protagonistas del evento son miembros de la red internacional de Slow Fish, Consejeros Internacionales, diversas comunidades pesqueras, biólogos, cocineros, consumidores, expertos y los propios visitantes. Todos ellos han formado parte de este viaje por mares, océanos y aguas dulces para entender la complejidad del mundo acuático y para mejorar la gestión de los recursos marinos.
El lema de este año ha sido «¡La red somos nosotros!». Todos nosotros formamos parte de un sistema vivo e interconectado, y todos actuamos sobre él cuando compramos productos marinos. La red de Slow Fish ha querido llamar la atención sobre la urgente necesidad de que los métodos de pesca funcionen en armonía con los delicados vínculos de la red. La red no consiste tan solo una herramienta de pesca, también es una red de relaciones entre el agua, el suelo, los microorganismos, los peces, los pescadores y los consumidores.
A lo largo del paseo marítimo del Porto Antico, el Mercado de Slow Fish ha exhibido pescado fresco, conservas, sales, especias con la Sal de Salinas de Añana, aceite de oliva virgen extra, entre ellos el Aceite Arróniz de Rioja Alavesa y mucho más. Aquí los visitantes han podido conocer a los productores y a los pescadores que hay detrás de los productos marinos de los Baluartes de Slow Food. Entre ellos se encuentran las Prud’homies mediterráneas y el Baluarte de la Ostra bretona Natural de Francia; los pescadores a pequeña escala del Baluarte Orbetello Lagoon en Italia, que producen bottarga di cefalo (una conserva tradicional de huevos de mújol salados), crían libunas y doradas para conservar estos pescados; y el Baluarte de pescadores tradicionales del Mar de Frisia de los Países Bajos, los últimos pescadores de la zona que practican la pesca fija en lugar de móvil y que trabajan con un número limitado de especies marinas.
También han estado presentes varias comunidades del alimento de Terra Madre que trabajan con pescado, marisco y derivados: los pescadores de manglar de Muisne de Ecuador, que están desarrollando un proyecto para repoblar la fauna marina, los moluscos y los crustáceos a la vez que protegen los bosques del manglar; un cocinero de los pescadores artesanales de Aglou de Marruecos; un representante de la comunidad Tarja de itelmenos nativos de Kamchatka (Rusia) que se ha dedicado a la pesca y a la venta del salmón salvaje durante mucho tiempo; un grupo de pescadores artesanales de las islas Kerkennah (Túnez) que utilizan la charfia para pescar, una construción laberíntica fija realizada con 4.000 hojas de palmeras de dátiles; los pescadores Nkombwe de las costas del norte del Lago Victoria en Uganda.
En el mercado de Slow Fish, el público ha podido disfrutar de ingredientes frescos a través de 18 eventos Fish-à-Porter: una cocina donde artesanos y cocineros organizaron degustaciones junto con biólogos marinos y pescadores y también la presentación de ciudades sostenibles como Vitoria-Gasteiz del País Vasco (España).
El programa del evento también ha incluido conferencias sobre salud humana y medioambiental, sobre el amplio panorama de los alimentos marinos virtuosos, sobre la protección de la biodiversidad, sobre la reducción de residuos de los alimentos y sobre cuestiones migratorias; cenas con estrellas de la cocina italiana e internacional; recorridos guiados Slow Path, cuyo objetivo es descubrir buenas prácticas de pesca, historias del mar y personajes interesantes a lo largo del evento.
Los visitantes han tenido la oportunidad de descubrir especialidades deliciosas en el Mercado callejero y en los food trucks y disfrutar de una selección de cervezas artesanales. Por las tardes y por la noche, the Enoteca ha ofrecido Degustaciones Temporales, con 300 marcas seleccionadas por Wine Bank. En la Cocina de la Alianza de Cocineros, 15 chefs italianos y extranjeros se han turnado para cocinar con productos que respetan el medio ambiente y el bienestar animal.
En la apertura oficial del evento que fue una convención sobre el estado del mar Mediterráneo y la estrategia marina europea, Silvio Greco, biólogo marino, consejero del Ministerio para el Medio Ambiente y presidente del Comité Científico de Slow Fish, afirmó: “Al Mediterráneo se asoman veintidós Estados, siete de los cuales forman parte de la Unión Europea. El riesgo que corremos es que el mar quede reducido a res nullius y que en esta enésima “tragedia de los bienes comunes” nadie se haga cargo de las emergencias. La alarma está hoy vinculada al calentamiento global, a la contaminación de las aguas y al marine litter, la contaminación marina de residuos, argumento que será centro del próximo G7 del Medio Ambiente en Bolonia, programado para los días 11 y12 de junio de 2017.”
Es necesario intervenir y coordinarse a un nivel que supere lo nacional. La Directiva Marco sobre la estrategia comunitaria para el ambiente marino es una de las herramientas de cara a la sostenibilidad y a la defensa del ecosistema del Mediterráneo. Esta Directiva dispone un conjunto de políticas ambientales puesto a punto para supervisar la vitalidad de los mares y los océanos y alcanzar para 2020 el buen estado ambiental (GES, “Good Environmental Status”) de las aguas.
Karmenu Vella, Comisario europeo para el Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, opinó: “En los últimos meses hemos sido testigos de dos importantes novedades: la firma de la declaración sobre la pesca sostenible “MedFish4Ever” por parte de los ministros de 13 países de la cuenca del Mediterráneo, y el acuerdo de 10 países sobre la Iniciativa para el Mediterráneo occidental. Se trata de novedades que superan las fronteras de la Unión, formulan objetivos claros sobre la sostenibilidad y la defensa de los ecosistemas marinos y costeros, y que se beneficiarán de la creación de un nuevo sistema de colaboración y gestión de la pesca. El gran patrimonio de nuestro mar, en términos de recursos biológicos y económicos, está en peligro. Tenemos la concreta y colectiva responsabilidad de utilizar estas herramientas en los próximos años. El Mare Nostrum exige ayuda y es momento de actuar.”
Nuestra participación en la Feria, además de asumir los compromisos y reuniones la Consejería internacional se limitó a presentar nuestra ciudad sostenible y el valle salado de Salinas de Añana, origen de la sal de Añana como una de la especias más demandadas hoy en día en la conservación y maduración de nuestros pescados sostenibles.
Un gran evento internacional donde Vitoria-Gasteiz, la sal de Salinas de Añana, el aceite Arróniz de Rioja Alavesa y en definitiva el Territorio Histórico de Álava ha tenido un claro protagonismo.
Importantísimo el concepto de pesca sostenible y todas las ferias y actividades que se hagan para divulgar el concepto. Gracias por la info 😉