El jueves 22 de marzo de 2013, Artepan organizó un evento participativo y singular en colaboración con dos artistas residentes en Londres, Lara García Reyne y Alexandre Bettler. El nombre de la dinámica es “openlabs” de conexiones Ị improbables (slow innovation) y durante más de tres horas desarrollamos un sistema creativo de conexiones entre alimentos saludables y el entorno local, pero no lo hicimos con el pan (teníamos limitada la palabra) sino con la SOPA; mojándonos (“sal a la sopa” por supuesto de salinas de Añana) o haciéndola nuestra (“gure sopa” “sopa nostra”) intentando responder a esta pregunta ¿Qué concepto secreto usarías como ingrediente especial para que tu receta saludable sea más atractiva y beneficie a tu comunidad?
Así que hicimos casi literalmente “la sopa boba” definida como los restos no consumidos por los comensales del menú diario de una posada o bar, que se les daba a los llamados sopistas que, a cambio, tocaban o cantaban alguna pieza musical, o recitaban algún verso o trova. Esta degustación especial para unas 50 personas nos la prepararon nuestros conocidos de la cocina guerrilla (Rubén y Edorta).
Las personas que asistimos, representando a colectivos empresariales y sociales o a titulo particular, éramos muy variados y para conocernos nada mejor que normalizarnos diciendo en una ronda de presentación que habíamos comido al mediodía. Luego en las cinco mesas se empezó a montar las diferentes historias de la comunidad, hablando y montando ideas sobre el producto, el consumo, la salud, etc… y junto a los dibujos y marcas de los manteles de las mesas fueron formando telares visibles en los muros.
Dos palabras básicas descubrimos en una cartulina COMÚN y SALUDABLE que las conjugamos con otras dos de cada participante y sin saberlo hicimos otra sopa de letras muy reconfortante.
El trabajo de equipo humano de Artepan liderado por nuestro compañero de Slow Txema Pascual, fue determinante para perfilar y enumerar las ideas que cada grupo íbamos desgranando y todas ellas se anotaron en los espacios preparados del mural principal. No acabamos hasta que lo completamos todo y nos identificaron fotográficamente de principio a fin.
Esta comunidad empezó bebiendo agua en emvase de plástico y acabo tomando Txakoli “Xarmant” en copa de cristal, pero los trabajos no han acabado pues estos “openlabs” se están haciendo con otras empresas con el apoyo del Gobierno vasco y la SPRI.
Reportaje de Eduardo Urarte