Estamos preocupados por la dieta actual de los jóvenes de nuestro entorno que está afrontando una epidemia de obesidad: la mitad de su población adulta y el 20% de los niños tienen sobrepeso, y el número de niños obesos aumenta en términos escalofriantes cada año. La nutrición excesiva parece que agrava algunas enfermedades muy comunes como la diabetes, el cáncer y las cardiopatías.
Por otra parte, la malnutrición infantil se ha duplicado y la anemia entre los niños en edad preescolar representa un nuevo desafío a afrontar en Europa. En otros países, sobre todo en la Europa del Este se ven afectados por una alimentación insuficiente y la obesidad.
La alimentación buena significa placer y una mejor calidad de vida para nuestras sociedades. Por eso, las instituciones y las escuelas tienen una doble responsabilidad en la tarea de mejorar los hábitos alimentarios: suministrar educación alimentaria y del gusto a los jóvenes europeos y sostener la agricultura de pequeña escala. Slow Food considera que sólo un enfoque integrado, que incluya a todos los sectores relevantes de la cadena (agricultura, planificación urbana, educación), será eficaz para mejorar y restablecer un equilibrio más sano.
En este marco organizamos talleres de cocina con productos ecológicos en el Colegio Koldo Mitxelena de Vitoria-Gasteiz el 10 de junio de 2011. Básicamente consistió la presentación de una serie de verduras ecológicas que iban a ser la base de una saludable ensalada de pasta que se distribuyó entre las más de 600 personas que acompañaron esta fiesta del colegio. La ejecución fue magistralmente seguida por los alumnos que tomaron buena nota tanto de las técnicas de cocción como de los productos utilizados.
Los alumnos de 2º y 3º de secundaria junto a padres de los alumnos, profesores y miembros de Slow Food como Claudio, Pilar, Yoli, José Luis, José Antonio, Charo y Maite elaboraron una macro- ensalada con habas, guisantes alaveses, pasta y hortalizas de temporada estando muy participativos e interesados en su transformación y resultado.
Estas verduras fueron lavadas, troceadas, manipuladas y cocinadas por los propios alumnos ayudados por el equipo de Slow Food Araba-Álava que fueron contestando cuantas preguntas y dudas surgieron a lo largo de la actividad; sobre todo métodos de plantación, de recolección, inquietudes por la estacionalidad de las especies, por las maneras saludables de cocción, etc.
Fue sorprendente descubrir, por un lado, la falta de conocimientos que rodea a nuestras jóvenes generaciones en estas materias, junto a la ansiedad demostrada por aprender sobre estos temas y finalmente la satisfacción demostrada al ingerir el maravilloso plato de pasta ecológica que ellos mismos elaboraron.
Para todos estos alumnos la alimentación, la agricultura y la cocina desde ese día, seguro que, ya no será lo mismo.