A las 10 de la mañana del sábado 23 de junio, en autobús, partió la expedición de Slow Food Araba-Alava a las hermosas tierras de Rioja Alavesa, con la intención como siempre de disfrutar de jornada lúdica pero didáctica a la vez. En esta ocasión el interés se centró en la producción del vino de calidad haciendo un recorrido desde el campo a bodega y de esta a la mesa. Elegimos los viñedos de Bodegas Luis Cañas.
La Bodega Luis Cañas es una bodega familiar que data de 1.928, aunque la familia lleva más de dos siglos dedicándose a la viticultura y a la elaboración de vinos. Sin embargo, es en 1.970 cuando LUIS CAÑAS sale al mercado comercializando vinos embotellados de cosechero. A partir de esta fecha se empieza a gestar lo que es hoy en día una de las bodegas punteras de Rioja Alavesa. En 1.989 toma las riendas de la misma Juan Luis Cañas, hijo único de D. Luis Cañas. A sus 33 años trae aires nuevos a la bodega y comienza a elaborar nuevos vinos potenciando cada vez más los vinos de crianza mientras empieza a esbozar lo que más tarde se convertirá en la nueva bodega.
Hoy es una moderna bodega dotada de los mejores sistemas de elaboración y de 5.000 barricas, que está realizando un verdadero esfuerzo en la producción ecológica y respeto al medio ambiente. En ella elabora principalmente vinos de Crianza y Reserva de máxima calidad contrastada y avalada por su cota de mercado en continuo crecimiento y una clientela fiel, además de por los prestigiosos galardones y menciones conseguidos tanto a nivel nacional como internacional en las más importantes catas y concursos del mundo.
A nuestra llegada fuimos recibidos por Juan Luis Cañas y una de sus técnicos de campo la joven Ingeniero Agrícola Olaia, que fueron nuestros guías durante toda la visita. Ya en la cocina, nuestro amigo Anemias se disponía a dar forma a las viandas que horas después acompañarían al fruto del trabajo que nos disponíamos a conocer.
Con un excelente día meteorológico nos adentramos en las viejas viñas (algunas de más de cien años) de nuestro anfitrión. Pronto nos dimos cuenta de su filosofía y la de su equipo: máximo cuidado de la tierra, máximo cuidado de la planta, para elaborar no solo un producto de calidad sino un producto saludable. Encaminados hacia la producción ecológica, es máxima de la Bodega evitar por todos los medios los tratamientos agresivos y respetar la biodiversidad y el medio ambiente, conscientes de que esta explotación ha de pasar a generaciones venideras en perfecto estado de producción. Es curioso como las fincas llenas de hierbas, por la falta de herbicidas, más bien parecen las propiedades de un descuidado agricultor. Sin embargo y rompiendo moldes Juan Luis superpone la calidad a la cantidad impidiendo que cualquier tipo de sustancias impuras puedan penetrar en el fruto que utilizará para sus delicados vinos. Dejando que sea la propia planta la que busque su alimento e impidiendo la dependencia de abonos inorgánicos, esto es, como se hacia antes. Sin embargo, estas artes ancestrales de cultivo son perfectamente combinadas con última tecnología y con los estudios e investigaciones que sus técnicos realizan continuamente haciendo un perfecto seguimiento de cada una de las cepas de sus 90 hectáreas propias y de otras 250 hectáreas de más de 40 proveedores, anticipándose a cualquier eventualidad que pueda dañar el perfecto desarrollo de planta y fruto. Y los resultados se ven, este año, año que ya se presuponía que iba a ser húmedo, el mildiu está atacando la generalidad de propiedades a excepción de las de esta Bodega, cuyo equipo de campo fue capaz de poner los medios preventivos para defenderse del mismo. Nos llamó poderosamente la atención la forma de combatir la polilla del racimo a través de pulseras portadoras de feromonas femeninas que distraen lo suficiente a los machos para que las hembras no pongan sus huevos en la planta sin tener que exterminar estos insectos y una vez más respetar la biodiversidad animal.
La Bodega Luis Cañas es pionera en todo el sistema de control a través de unas laboriosas hojas de campo que desde febrero hasta la vendimia, sus técnicos completan minuciosamente tutelando cada centímetro cuadrado de viñedo, estableciendo parámetros que aportan el necesario conocimiento para elaborar el mejor vino posible. Con cierto orgullo Juan Luis nos repitió una y otra vez que este trabajo es el verdadero éxito de su bodega ya que sin un buen producto las mejores instalaciones bodegueras y los mejores enólogos son incapaces de hacer un buen vino. Mientras contestaba a toda una batería de preguntas, también de los ojos de Olaia se desprendían destellos de luz que certificaban la realización de un trabajo ilusionante.
Del campo pasamos a la bodega para completar una visita francamente instructiva, pero no sin antes degustar el blanco fermentado en barrica de la Bodega, acompañado de un queso de leche cruda de oveja latxa elaborado por nuestro compañero de Convivium Apicius, que francamente estaba bueno.
Como bodegas ya hemos pateado bastantes, la visita fue rápida quedándonos con algunos detalles. Al igual que en el campo, también aquí los controles de calidad son exhaustivos – no en vano posee el certificado AENOR ISO 9001 y Certificado de Medio Ambiente ISO 14.001- y llama poderosamente la atención el mimo con el que tratan al producto en costosas pero prácticas mesas de clarificación que seleccionan racimo a racimo los frutos más preciados. Digna de resaltar es la completa y amplia área de instalaciones para los temporeros que está a punto de terminar, perfectamente pertrechada de duchas, lavabos, dormitorios, cocina, comedor y enfermería, bien iluminada y con vistas maravillosas, cual residencia de lujo se tratara y que determinan perfectamente la sensibilidad y perfil de este empresario con sus trabajadores.
Eran las 15,30 horas de la tarde cuando pasamos al coqueto comedor que dispone la bodega dónde entregamos un caracol Slow Food a Juan Luis Cañas por la personal atención que él y su equipo nos dispensó en toda la jornada. Posteriormente pasamos a degustar la excelente comida que Juanjo Martínez, nuestro popular socio “Anemias” nos preparó con todo mimo de detalles y que consistió en:
- GAZPACHO DE PALOS COMO SU PROPIO NOMBRE LO INDICA
- ENLACE DE HONGOS Y VIEIRAS Y DE TESTIGO SU PROPIO CORAL
- LOMOS DE GUAPO Y SALSA DEPENDIENDO DEL PRECIO DEL GUAPO
- HIGADO DE AVE GANSA CON LEGUMBRES CERCANAS A LA PROVINCIA
- FRUTAS DE ESTE AÑO CON CREMA PRESUMIDA DEL LEVANTE Y GOTAS GORDAS DE RIOJA ALAVESA
Acompañado de Reserva de Luis Cañas y Reserva Familiar de Luis Cañas.
Todo un crisol de sensaciones, capricho y privilegio para los sentidos.